La Cámara de Diputados de Uruguay comenzó este miércoles a debatir un proyecto para legalizar la marihuana, que convertiría al país en el primero en el mundo en el que el Estado asumiría el control de todo el proceso de producción y venta de cannabis.
De aprobarse, el proyecto -lanzado en junio de 2012 en el marco de una serie de medidas para combatir el aumento de la violencia- pasaría luego a la Cámara de Senadores para su sanción definitiva.
“La regulación no es promover el consumo, el consumo ya existe”, aseguró en el inicio de la sesión el diputado Sebastián Sabini, informante de la iniciativa promovida por el presidente José Mujica.
“Lo que estamos haciendo es regular una actividad lícita en nuestro país. De lo contrario estamos impulsando a los usuarios a ir al mercado negro, ir a una boca (punto de venta) y entrar en contacto con sustancias que son mas peligrosas, más nocivas para la salud y que generan más dependencia física”, sostuvo.
Actualmente el consumo de marihuana no está penado en Uruguay, aunque sí su comercialización, y son los jueces quienes deciden la cantidad de droga que puede tener una persona para consumo personal.
El legislador enfatizó que el negocio del narcotráfico “financia el crimen organizado, financia actividades ilícitas como la trata de personas, la venta de armas o el lavado de activos”.
Sabini aseguró que “con la política prohibicionista el consumo de cannabis se ha duplicado en los últimos diez años” en el país, mientras que el de tabaco se redujo tras la aplicación desde 2006 de duras políticas antitabaco.
“No significa que tengamos que dejar de combatir el narcotráfico, significa que al narcotráfico hay que combatirlo en sus aspectos sustanciales, no al usuario que tiene 40 gramos en su bolsillo”, enfatizó el legislador.
El proyecto de ley prevé que el Estado asuma el control y la regulación de la importación, plantación, cultivo, cosecha, producción, adquisición, almacenamiento, comercialización y distribución de cannabis y sus derivados.
Para acceder a la droga se permitirá el autocultivo (con un límite de seis plantas), el cultivo en clubes de membresía (con 15 a 45 socios y un número de plantas proporcional, con un máximo de 99) y el acceso a través del expendio de farmacias, con un tope de 40 gramos mensuales por usuario.
El texto será votado tras un largo proceso de negociación en el seno del oficialista Frente Amplio (FA, izquierda), que tiene una ajustada mayoría parlamentaria y donde persistían el miércoles dudas sobre el voto positivo de un legislador. La norma es rechazada por todos los partidos de la oposición. AFP