Mechones abundantes, de 22 centímetros, pueden costar entre 2 mil y hasta 5 mil bolívares. Por estas cantidades, las “pirañas” hacen de las suyas en el centro, armándose solo con tijeras, incluso de podar, y amenazan a sus “presas” para despojarlas de su cabello.
Entrelazando las extensiones sintéticas a una cliente en su negocio, una peluquera recordó el caso de una joven que caminando por Las Playitas, la emboscaron y le cortaron el pelo.
“La muchacha tenía una cola, tipo cebolla, le llegaron las tipas con una tijera. Ella se asustó mucho y le dijo que no le hicieran nada, que se le llevaran la cartera. Pero las mujeres le dijeron que no querían plata, que le iban a quitar el pelo”, relató la dueña del negocio.
Supo del caso por un hermano que es oficial de policía. Después que las “pirañas” le cortaron el cabello, la joven le contó lo sucedido al funcionario y le pidió ayuda. “La dejaron como una gallina, toda pelada y fue a la peluquería a terminar de que le arreglaran la apariencia”, comentó la peluquera.
Sentada en la silla, la cliente contó que ese cabello “va a parar a los centros comerciales del centro y oeste” de Maracaibo. “Los arman con cuidado, los lavan con champú, después los secan y hasta los planchan para acomodarlos en bolsas transparentes y pedir mucho dinero. Los cabellos lisos son los que más buscan las ‘pirañas”, narró la cliente en el salón de belleza.
Muchos locales se abstienen de comprar cabello natural por desconocer su procedencia. Hay quienes los obtienen y revenden en centros estéticos.
Aseguraron que en varios pequeños locales de belleza en el centro, colocan en sus puertas carteles de: “Se compra cabello natural”, sin el precio. “Esto por aquí es común, siempre hay una historia de una chama o una señora que la agarran entre tres o cinco de esas ‘pirañas’ y con una tijera le quitan el pelo”, narró mientras le colocaban trenzas.
La denuncia publicada en PANORAMA ha hecho que las mujeres tomen sus previsiones al visitar el centro de la ciudad. Con cabellos recogidos, muchas se vieron ayer en la tarde entre los pasillos del centro comercial La Redoma, a lo largo de Las Playitas, en la avenida Libertador y en San Felipe. Unas se sujetaban el pelo con una mano y otras solo se pasaban sus dedos para cerciorarse que todavía lo tenían en su lugar.
A pesar de que las denuncias no llegan a los cuerpos de seguridad, las autoridades dicen que prestarán mayor atención ante esta nueva modalidad .
“No hemos tenido denuncia sobre eso. Ni en los centros de coordinación policial. Por eso digo, no sé hasta qué punto eso está sucediendo de esa manera. No he sabido de denuncias de ese tipo, no digo que no exista, pero no está muy claro”, declaró en el secretario de Seguridad y Orden Público de la Gobernación del estado Zulia, Jairo Ramírez.