Salir a conquistar el mundo después de un divorcio es una tarea de armas tomar, un tema complejo en el que se necesitan romper las barreras de las costumbres y volver a conocerse a uno mismo.
No hay una receta porque las situaciones pueden ser muy diferentes según la edad que se tenga en el momento de la separación, si la experiencia previa de pareja fue positiva o no, y si hay hijos. Además, las expectativas que cada uno puede tener para el ‘después’, también son muy personales.
Si fue el otro quien decidió ponerle fin a la relación, la cuota de sufrimiento puede ser más grande o, también, un alivio. Lo importante es tener la certeza de que haberse divorciado fue la mejor decisión. Hay distintos tipos de vínculos dentro del matrimonio que pueden ser más o menos dependientes y con mucho o poco tiempo de permanencia. En general, los más jóvenes suelen tener menos restricciones. Hay menos vergüenza y menos juicio sobre el propio cuerpo, más soltura para encarar el primer encuentro sexual en esta nueva etapa.
Sin embargo, y más allá de la edad, la fidelidad a uno mismo es un factor clave en este maremoto de cambios que trae la separación. No hay que hacer lo que uno no tiene ganas de hacer y saber afrontar el costo que genere ser fiel a uno mismo. Se trata de volver a conocernos en soledad y observar qué es nuestro y qué era del otro, qué nos pasa, qué sentimos. Todos deberíamos aprender a estar solos y sentirnos bien con nosotros mismos para poder estar bien con otros y no crear dependencias en nuestras relaciones. El nuevo encuentro posiblemente fluirá si logramos transitar el duelo que comporta una separación.
Para enfrentar los cambios y encarar nuevamente una relación, nuestra actitud tiene que ser positiva, sin miedo. El miedo al cambio es el miedo a lo desconocido y, muchas veces, eso desconocido puede ser lo mejor que nos puede pasar. Pero siempre importa respetar nuestro deseo, establecer una relación de confianza con el otro, tener un encuentro tranquilo para generar suavidad en el otro también y tomarse el tiempo necesario. No es necesario lanzarse al sexo en el primer encuentro. Se pueden tener varios encuentros antes y disfrutar de esa etapa. Y, aunque parezcan externas, las barreras las ponemos nosotros mismos y sólo nosotros las podemos eliminar, a veces con la ayuda de la psicoterapia.Si no se pierden las instancias de respeto a uno mismo, este reencuentro sexual –pero con otra pareja– puede ser muy divertido. “Es clave establecer una relación de confianza con el otro y disfrutar –insiste Rajtman–. Ser suaves y tiernos, tener un encuentro tranquilo para generar suavidad en el otro también y tomarse el tiempo necesario”. La especialista aclara que “no es necesario lanzarse al sexo en el primer encuentro. Se pueden tener varios encuentros antes y disfrutar de esa etapa”.
Para Astolfi, “lo mejor es ser lo más naturales posible, no intentar dar una imagen o ser alguien que uno no es y disponerse a pasar un buen momento sin la expectativa de formar pareja inmediatamente”. El escritor Pierre De Ronsard decía: “Vive, creemelo, no esperes a mañana, toma desde hoy las rosas de la vida”.
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