Podría haber una explicación científica para las intensas sensaciones percibidas al borde de la muerte, como ver una luz brillante, que algunas personas afirman experimentar tras sobrevivir un ataque al corazón, afirmaron científicos estadounidenses el lunes.
Kerry SHERIDAN/AFP
Esta investigación “es la primera en analizar los efectos neurofisiológicos de un cerebro moribundo”, explicó Jimo Borjigin, profesora de neurología de la Universidad de Michigan (norte) y principal autora del estudio.
Al parecer, el cerebro sigue funcionando hasta 30 segundos después de que el flujo de sangre se detiene, según un estudio publicado en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias estadounidenses (PNAS, por su sigla en inglés).
Los científicos de la Universidad de Michigan realizaron su investigación en nueve ratas de laboratorio que fueron anestesiadas y luego sometidas a un paro cardíaco como parte del experimento.
Durante los 30 primeros segundos tras que sus corazones se detuvieran, todos ellos mostraron un aumento de la actividad cerebral, que fue observada en electroencefalogramas (EEDs) que mostraban estados de alta excitación mental.
“Nos sorprendimos por los altos niveles de actividad”, afirmó uno de los autores, George Mashour, profesor de anestesiología y neurocirugía en la Universidad de Michigan.
La conciencia al borde de la muerte
“De hecho, al borde de la muerte, muchos marcadores eléctricos conocidos de la conciencia exceden los niveles encontrados en el estado de vigilia, sugiriendo que el cerebro es capaz de actividad eléctrica muy organizada durante la fase temprana de la muerte clínica”, dijo Mashour.
Resultados similares en términos de actividad cerebral se observaron en ratas que fueron asfixiadas, explicaron los investigadores.
“El estudio afirma que la reducción de oxígeno o tanto de oxígeno como de glucosa durante un paro cardíaco pueden estimular la actividad cerebral característica del proceso consciente”, señaló Borjigin.
“También proporciona el primer marco científico para experiencias al borde de la muerte reportadas por muchos sobrevivientes de paro cardíaco”.
Un 20% de los sobrevivientes de paro cardíaco afirmaron haber tenido visiones durante el período conocido por los médicos como muerte clínica.
Borjigin dijo que espera que el último estudio de su equipo “establezca los fundamentos para futuros estudios en humanos que investigan las experiencias mentales que tienen lugar en el cerebro moribundo, entre ellas, ver luces durante un paro cardíaco”.
Precaución al interpretar los resultados
Los científicos habían considerado durante mucho tiempo que el cerebro permanecía inactivo durante este período.
“¿Sabemos si los animales experimentan conciencia? Muchos científicos y filósofos todavía están en desacuerdo sobre lo que significa este término en lo referido a los humanos, mucho menos en otras especies”, dijo David McGonigle, profesor de la Universidad de Cardiff, Reino Unido.
“Aunque investigaciones recientes sugieren ahora que los animales pueden tener de hecho el tipo de recuerdos autobiográficos que los humanos poseen – el tipo de recuerdos que nos permite situarnos en un cierto tiempo y espacio- parece poco probable que las experiencias al borde de la muerte sean iguales en todas las especies”, añadió.
Anders Sandberg, investigador de la Universidad de Oxford, Reino Unido, describió la investigación como “simple” y “bien hecha”, pero instó a tener precaución en la interpretación de los resultados.
“El EEG nos dice cosas sobre nuestra actividad cerebral, un poco como escuchar el ruido del tráfico te dice lo que pasa en una ciudad. Es ciertamente informativo, pero también la media de una gran cantidad de interacciones individuales”, indicó.
“Sin duda alguna algunas personas supuestamente afirmarán que esto proporciona más evidencia para la vida después de la muerte, lo que es algo tonto. Las experiencias al borde de la muerte son en sí mismas sólo experiencias”, afirmó.
“Pero si alguien cree eso, debería concluir también que la vida después de la muerte afecta a un montón de ratones de laboratorio”, concluyó.