EL BANCO CENTRAL:
En medio de los rumores que han circulado sobre “un aparente vacío de las bóvedas” y de lo que no hay prueba alguna mas allá de los envíos de oro a China y Rusia en aquel periplo del avión presidencial con parada previa en La Habana se produce el despido (¿“renuncia pedida” para no tener que ir a la Asamblea?) de su presidenta, la ingeniera industrial valenciana Edmée Betancourt.
Del grupo ideológico de confianza del ministro Jorge Giordani la ex ministra señaló al asumir el BCV “que se pasaron entre 15 mil y 20 mil millones de dólares a empresas de maletín”. Si antes lo habían manifestado los ministros Fleming y Menéndez, la reacción en el alto gobierno fue muy mala hacia ella. Arrancó con plomo en el ala. Vino el caso Bandes con los detenidos en los Estados Unidos y también se lo acercaron a ella.
Aquí publicamos el pasado 19 de julio que ella no se sentía capacitada para dirigir el BCV “por ser una institución muy compleja”. Ayer con su intempestiva salida muchos se la achacaron al tema de la corrupción detectada en Bandes. Sin embargo, una confiable fuente interna del ente emisor me aseguraba otra versión sobre su apurada destitución. Como la estatal aurífera Minerven está paralizada le dieron a PDVSA la orden de rescatarla. El tema ha estado presente en Aporrea.org donde la tildan de inauditable, llena de cómplices en los robos de oro y de informes acusatorios a los que no le paran en las alturas rojas. Como la disminuida petrolera roja rojita no tiene plata (apuntan a una deuda de 30.000 millones) y el caso de Minerven requiere grandes inversiones le habrían ordenado a la presidenta “imprimir plata para ayudar en el rescate” de la corrupta empresa. Ella se opuso diciendo que “mi cargo es para administrar un banco no una empresa de oro”. Hasta allí le duró el cargo.
Su mentor, el inefable “monje” que ha empujado el país al foso, se encuentra muy “desmoralizado” y ayer especulaban sobre su renuncia. Cuentan que Maduro le reclamó fuertemente tras la devaluación del 8 de febrero supuestamente ordenada por Chávez. (recordemos al presidente ecuatoriano Rafael Correa decirnos recientemente, reiterando lo escrito por éste mortal, que el enfermo estaba en fase terminal desde diciembre) y por los enredos económicos que ella produjo. Veremos si este Eudomar sigue o no las lecciones de su tocayo de apellido Santos: “como vaya viniendo vamos viendo”…