La economía venezolana creció un 2,6 por ciento en el segundo trimestre del 2013, menos de la mitad de lo que se expandió en el mismo período del año pasado, complicando el panorama del Gobierno de Nicolás Maduro dentro de su batalla contra una de las inflaciones más altas del mundo. Reuters
El Estado, que controla gran parte de la actividad económica de la nación petrolera, ha tenido que recortar fuertemente el gasto público luego de los ingentes desembolsos del año pasado que coronaron la reelección del fallecido Hugo Chávez.
El haber frenado el motor del gasto público se evidenció en un Producto Interno Bruto (PIB) que creció apenas un 1,6 por ciento interanual en el primer semestre, una desaceleración de 4,2 puntos porcentuales, mientras el Gobierno lidia con la escasez de bienes esenciales y una subida de precios que en la primera mitad del año alcanzó un 39,6 por ciento.
Sin embargo, las autoridades monetarias calificaron la cifra como “positiva” a pesar de que los resultados que informaron evidencian una mayor actividad en el sector servicios en detrimento de los bienes producidos en el país, lo que desincentiva la generación de empleos y la lucha contra la inflación.
“Una buena noticia para el país. Seguiremos luchando, trabajando, por seguir consolidando la actividad productiva y el crecimiento económico”, dijo el recientemente designado presidente del Banco Central de Venezuela (BCV), Eudomar Tovar, en una conferencia de prensa en la que presentó los datos.
El analista de tendencia opositora José Guerra criticó el triunfalismo del Gobierno.
“¿Cual éxito? En el primer semestre de 2013 el PIB crece 1,6 por ciento y la inflación es de 25 por ciento. En el primer semestre de 2012 el PIB creció 5,8 por ciento y la inflación fue de 7,5 por ciento”, recordó.
La economía de Venezuela anotó su décimo primer semestre consecutivo de expansión estimulada por el crecimiento de 1,3 por ciento del vital sector petrolero, de un 5,7 por ciento en la actividad de la manufactura y de un 4,2 por ciento en el comercio.
Sin embargo, la tendencia de casi todos los sectores productivos fue de desaceleración, observándose un mayor retroceso en la construcción y minería con una caída del 6 por ciento y del 22 por ciento, respectivamente.
¿ESTANFLACIÓN?
Para analistas, la tenue cifra de expansión económica es un golpe para el presidente Maduro, cuya popularidad depende del gasto social que desembolsa en forma de decenas de subsidios hacia las clases menos favorecidas.
El mandatario, un ex chofer de autobús de 50 años, también enfrenta una severa escasez de bienes de consumo masivo, ocasionada por una menor disponibilidad de dólares en una economía que ha visto mermada la producción y en la que rige un estricto control de cambios.
Los analistas afirman que el país sudamericano está a las puertas de una estanflación, caracterizada por el estancamiento en medio de una situación inflacionaria que no cede.
En un reciente reporte del departamento de investigación del banco BBVA, Venezuela aparece con el peor pronóstico económico entre los países de Latinoamérica.
El informe asegura que la economía venezolana decrecerá un 0,4 por ciento el 2013 y que debido a la alta inflación entrará en una “estanflación de la cual le será difícil reponerse”.
En el 2012, Venezuela creció un 5,6 por ciento apoyada por los altos precios petroleros, pero la expansión de su economía comenzó a desacelerarse en el último trimestre de ese año.
A pesar de ello, la meta oficial de crecimiento para este ejercicio es de un 6 por ciento con una inflación no mayor al 16 por ciento, pero en julio la tasa anualizada de subida de precios rozó el 43 por ciento.
Por otra parte, el ente emisor revisó a la baja su cifra de crecimiento para el primer trimestre del año al ubicarla en 0,5 por ciento desde el 0,7 por ciento previo.