El uso de armas químicas en Siria, si se comprueba, constituiría “un crimen de lesa humanidad” que “tendría graves consecuencias”, declaró este viernes el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y añadió que “no hay tiempo que perder” para investigar.
“Todo uso de armas químicas, donde y por quien sea, sean cuales sean las circunstancias, violaría le derecho internacional. Un crimen así contra la humanidad debería tener graves consecuencias para quien los perpetre”, declaró Ban al margen de una reunión en Seúl prevista con mucha antelación.
Ban calificó la informaciones sobre unos ataques con arma química en Siria como “muy alarmantes y chocantes”.
“Es un grave desafío para el conjunto de la comunidad internacional, y la humanidad que tenemos en común, y más cuando esto ha sucedido cuando la misión de expertos de la ONU se encontraba en el país”, añadió el secretario general.
Un equipo de inspección de la ONU se encuentra en Siria y Ban Ki-moon ha instado a las autoridades del país a cooperar en una investigación sobre estos presuntos ataques que se habrían producido cerca de Damasco.
“No se me ocurre ninguna buena razón para que una parte cualquiera -el gobierno o las fuerzas de oposición- niegue la ocasión de buscar la verdad en este caso”, dijo.
“No hay tiempo que perder”, subrayó el secretario general, que pidió a su alta representantes para desarme, , Angela Kane, que viaje inmediatamente a Damasco.
La oposición siria acusó el miércoles al régimen de matar a más de 1.300 personas con armas químicas cerca de Damasco, y presentó numerosos vídeos de víctimas civiles difundidas por internet. El Gobierno sirio lo desmiente formalmente.
La comunidad internacional, así como las organizaciones de derechos humanos, reclaman que los expertos de la ONU, en Siria, comprueben sobre el terreno las acusaciones de la oposición.
El presidente francés, François Hollande, evocó el jueves “el uso probable de armas químicas”. Estados Unidos no puede asegurar con certeza “por ahora” si se han empleado armas químicas, según el Departamento de Estado.
AFP