Unidad: El primer semestre concluye con una economía estancada

Unidad: El primer semestre concluye con una economía estancada

Luego del anuncio del Gobierno del crecimiento de Producto Interno Bruto en el primer y segundo trimestre del año, el equipo económico de la Unidad Democrática, realizó  un informe donde se refleja la realidad de la débil economía de Venezuela. “No obstante la recuperación del PIB durante el segundo trimestre de 2013, al considerar los primeros seis meses del presente año, la economía denotó un bajo crecimiento, estimado en 1,6% con relación al reflejado en el primer semestre de 2012, cuando el PIB se expandió en 5,8%. Ello sugiere que la economía perdió 4,2 puntos porcentuales de crecimiento”.

Los economistas determinan que el primer semestre de 2013 concluye con una economía estancada, con inflación creciente, una pérdida sustancial de reservas internacionales y una marcada devaluación del bolívar.

Explica el informe que Venezuela requiere un gobierno que encamine al país hacia el progreso porque con el modelo económico que se está aplicando se han desaprovechado las oportunidades que brindan precios petroleros altos y crecientes.

Informe

La economía venezolana en el primer semestre de 2013: desaceleración, elevada inflación y pérdida de reservas internacionales

Equipo de Economía de la MUD

Las cifras del BCV correspondientes a primer semestre de 2013 evidencian una importante desaceleración del ritmo de la actividad económica. No obstante la recuperación del PIB durante el segundo trimestre de 2013, al considerar los primeros seis meses del presente año, la economía denotó un bajo crecimiento, estimado en 1,6% con relación al reflejado en el primer semestre de 2012, cuando el PIB se expandió en 5,8%. Ello sugiere que la economía perdió 4,2 puntos porcentuales de crecimiento, tal como se observa en el gráfico siguiente. Así, la economía ha venido perdiendo impulso no obstante los elevados precios del petróleo, los cuales durante el primer semestre del año en curso resultaron similares a los registrados en similar lapso de 2012

Desde el punto de vista de la demanda, destaca la contracción que experimentó la inversión, la cual acusó una caída de 2,9%, situación que evidencia la falta de estímulos para que se materialicen proyectos que generan nuevas capacidades productivas.

En tanto que la economía pierde dinamismo, la inflación aumentó considerablemente durante el primer semestre de 2013 respecto al mismo período del año previo. En efecto, en el primer semestre de 2013 la tasa de inflación se situó en 34,8%, significativamente superior al 22.5% del primer semestre de 2012. Esta situación expresa que la inflación está fuera de control debido a una política económica inconsistente, que en lugar de bajra la inflación ha provocado escasez.

La declinación del ritmo de la actividad económica y el alza de la inflación han coincido con un pronunciado deterioro del sector externo de la economía evidenciado en una disminución importante del superávit de la cuenta corriente, una aguda contracción de las exportaciones no petroleras y una pérdida de reservas internacionales.

Como resultado del retroceso de las exportaciones petroleras y el aumento de las importaciones públicas, el superávit de la cuenta corriente de la balanza de pagos desmejoró sustancialmente al pasar de US$ 9.356 millones en el primer semestre de 2012 a US$ 3.319 millones a lo largo del primer semestre de 2013. Ello refleja, por una parte, el importante detrimento que ha experimentado la industria petrolera que la hace incapaz de aprovechar la excelente cotización que mantiene el petróleo en el mercado internacional, y por la otra, la destrucción de capacidades productivas internas que ha obligado a aumentar exponencialmente las importaciones, a costa de la producción y el empleo nacional.

Las exportaciones no petroleras de Venezuela marchan hacia su literal extinción. Durante el primer semestre de 2013, las ventas de bienes no petroleros al exterior acusaron una caída de 19,1%, con los cual se sitúan en su menor nivel desde 1997. Es más, mientras que en el primer semestre de 1997 Venezuela exportó US$ 2.735 millones en bienes y servicios no petroleros, en el primer semestre de 2013, ese monto se redujo a US$ 1.682 millones, denotando una caída acumulada de 38,5%, a pesar de los mayores precios del aluminio, el acero y el hierro. De esta manera, la economía se ha hecho más vulnerable y más dependiente del petróleo, como resultado de una política económica que favorece las importaciones y castiga la producción nacional.

En tanto que las importaciones públicas aumentan, las reservas internacionales en poder del BCV registraron una disminución de US$ 4.086 millones, equivalente al 14,0% de las reservas mantenidas por el BCV al cierre de diciembre de 2012. Ello explica las severas restricciones existentes en la disponibilidad de divisas y la fuerte depreciación del bolívar en el mercado paralelo.

En síntesis, concluye el primer semestre de 2013, con una economía estancada, con inflación creciente, una pérdida sustancial de reservas internacionales y una marcada devaluación del bolívar.

Venezuela requiere un gobierno que encamine al país hacia el progreso porque con el modelo económico que se está aplicando se han desaprovechado las oportunidades que brindan precios petroleros altos y crecientes.

Economía débil

La economía venezolana creció un 2,6 por ciento en el segundo trimestre del 2013, menos de la mitad de lo que se expandió en el mismo período del año pasado, complicando el panorama del Gobierno de Nicolás Maduro dentro de su batalla contra una de las inflaciones más altas del mundo, reseña la agencia Reuters.

El Estado, que controla gran parte de la actividad económica de la nación petrolera, ha tenido que recortar sustancialmente el gasto público luego de los ingentes desembolsos del año pasado que coronaron la reelección del fallecido Hugo Chávez.

El haber frenado el motor del gasto público se evidenció en un Producto Interno Bruto (PIB), que creció apenas un 1,6 por ciento interanual en el primer semestre, mientras el Gobierno lidia con escasez de bienes esenciales y una subida de precios que en la primera mitad del año alcanzó un 39,6 por ciento.

Sin embargo, las autoridades monetarias calificaron la cifra como “positiva” a pesar de que los resultados que informaron evidencian una mayor actividad en el sector servicios en detrimento de los bienes producidos en el país, lo que desincentiva la generación de empleos y la lucha contra la inflación.

“Una buena noticia para el país. Seguiremos luchando, trabajando, por seguir consolidando la actividad productiva y el crecimiento económico”, dijo el recientemente designado presidente del Banco Central de Venezuela (BCV), Eudomar Tovar, en una conferencia de prensa en la que presentó los datos.

El analista de tendencia opositora José Guerra criticó el triunfalismo del Gobierno.

“¿Cual éxito? En el primer semestre de 2013 el PIB crece 1,6 por ciento y la inflación es de 25 por ciento. En el primer semestre de 2012 el PIB creció 5,8 por ciento y la inflación fue de 7,5 por ciento”, recordó.

La economía de Venezuela anotó su décimo primer semestre consecutivo de expansión estimulada por el crecimiento de 1,3 por ciento del vital sector petrolero y de un 2,9 por ciento del sector no petrolero.

La repunte vino apuntalado por la expansión de un 5,7 por ciento en la manufactura, de un 4,2 por ciento en el comercio y de un 24,3 por ciento en las instituciones financieras.

Sin embargo, la tendencia de casi todos los sectores productivos fue de desaceleración, observándose un mayor retroceso en la construcción y minería con una caída del 6 por ciento y del 22 por ciento, respectivamente.

¿Estanflación?

Para analistas, la tenue cifra de expansión económica es un golpe para el presidente Maduro, cuya popularidad depende del gasto social que desembolsa en forma de decenas de subsidios hacia las clases menos favorecidas.

El mandatario, un ex chofer de autobús de 50 años, también enfrenta una severa escasez de bienes de consumo masivo, ocasionada por una menor disponibilidad de dólares en una economía que ha visto mermada la producción y en la que rige un estricto control de cambios.

A pesar de que la producción privada de alimentos creció un 9,2 por ciento, las cifras de escasez se mantienen en niveles históricos récord.

Los analistas afirman que el país sudamericano está a las puertas de una estanflación, caracterizada por el estancamiento en medio de una situación inflacionaria que no cede.

En un reciente reporte del departamento de investigación del banco BBVA, Venezuela aparece con el peor pronóstico económico entre los países de Latinoamérica.

El informe asegura que la economía venezolana decrecerá un 0,4 por ciento el 2013 y que debido a la alta inflación entrará en una “estanflación de la cual le será difícil reponerse”.

Superávit reducido

En el 2012, Venezuela creció un 5,6 por ciento apoyada por los altos precios petroleros, pero la expansión de su economía comenzó a desacelerarse en el último trimestre de ese año.

Entre abril y junio el precio de la cesta petrolera local cayó un 8,2 por ciento, lo que afectó el valor de las exportaciones petroleras, que crecieron un 3,7 por ciento.

A pesar de ello, la meta oficial de crecimiento para este ejercicio no ha sido revisada desde el 6 por ciento original. La meta de inflación establecida a principios de año -no mayor al 16 por ciento- fue superada en los primeros cinco meses del año.

Por otra parte, el ente emisor revisó a la baja su cifra de crecimiento para el primer trimestre del año al ubicarla en 0,5 por ciento desde el 0,7 por ciento previo.

Adicionalmente, informó que la cuenta corriente de su balanza de pagos mostró un superávit de 1.835 millones de dólares, inferior al saldo de 3.667 millones de dólares contabilizado durante el segundo trimestre de 2012; y un déficit en su cuenta financiera de 249 millones de dólares.

El BCV explicó la disminución en la cuenta corriente por la caída de un 5,4 por ciento en el valor de las exportaciones y al alza de un 3,3 por ciento en las importaciones, que alcanzaron 13.518 millones de dólares.

Las compras externas del sector público crecieron un 25,1 por ciento, mientras las importaciones de los privados siguieron cayendo en el segundo trimestre, un 9,6 por ciento.

Las exportaciones petroleras acumularon 21.572 millones de dólares y las no petroleras disminuyeron un 20,6 por ciento hasta 810 millones de dólares, ante las menores ventas del gobierno de químicos, hierro y acero.

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