Y es que no cuenta con los dos tercios de los votos necesarios para que la Asamblea Nacional le apruebe los poderes excepcionales. Por ello es que no lo ha solicitado todavía oficialmente. El oficialismo tiene 98 votos y la oposición 67. A Maduro le falta solo un voto, el 99, para gobernar sin control mediante leyes-decretos como lo hizo Chávez en sus 14 años.
Pero conseguir el voto codiciado o «sobornado» como lo calificó Capriles, se le ha hecho cuesta arriba a Maduro y a estas alturas es muy difícil que lo logre. Tampoco ha querido hablar del debate que propuso a Capriles. Dijo que solicitará los poderes excepcionales acompañado del pueblo, que es su voto 99.
Otras opciones
«Si me niegan la habilitante buscaré otros caminos», dijo el mandatario al referirse a una Constituyente que tampoco es rechazada por la oposición, aunque en este momento no hay consenso sobre el asunto y necesitaría mayor estudio.
Lo cierto es que Maduro no ha tenido éxito en la lucha contra la corrupción, solo reveses con sus propuestas de la Habilitante y el debate con Capriles. Tampoco ha podido resolver ela crisis económica ni el desabastecimiento de alimentos, que es el principal problema de los venezolanos después de la violencia y la inseguridad callejera.
Pero como si luchara contra molinos de viento, Maduro amenaza a los empresarios: «Para enfrentar la guerra económica que mantienen algunos sectores. Los vamos a vencer, después no». El mandatario se refirió a los encuentros que sostuvo hace meses con diferentes empresarios para resolver este problema. «Fuimos por las buenas, conversando. La mano y una sonrisa. Está bien. Algunos van a insistir en el sabotaje».
«Ponen caras de tontos creyendo que están tratando con tontos, están bien pelaos (equivocados). Ya sabemos quienes son y vamos a actuar en consecuencia», dijo al afirmar que «lo estamos logrando; el crecimiento, el abatimiento de la inflación, el abastecimiento de todos los productos, haciendo a veces de tripas corazón». El crecimiento es «la economía comunal».
Maduro se quejó de que la oposición venezolana desprecia a los chavistas, tildándolos de «chabacanos y flojos (perezosos)». «Ellos nos ven como brutos y dicen: miren a quien tienen de presidente, al burro mayor». «El ‘Maburro’ me llaman ellos, sigan subestimándonos, nosotros vamos a nadar por encima de los mares de subestimación y vamos a seguir construyendo patria a pesar de ustedes, acomplejados de la derecha», dijo quejándose.