Los colegios de médicos de Brasil han radicalizado su rechazo a la contratación de galenos extranjeros y, según informa hoy el diario Folha de Sao Paulo, han amenazado con denunciarlos por “ejercicio ilegal de la medicina”.
Según el periódico, los Consejos Regionales de Medicina, órganos colegiados que regulan la profesión, consideraron una “afrenta” la contratación de médicos extranjeros, decidida por el Gobierno para dar respuesta al clamor de las manifestaciones de junio pasado por una mejor atención en la red de salud pública.
Los primeros médicos extranjeros comenzaron a llegar este viernes y proceden de decenas de países, pero el mayor rechazo lo generó un acuerdo con Cuba, firmado esta semana en el marco de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), que permitirá que 4.000 médicos de la isla trabajen en el país.
“No se le dará el registro a un médico extranjero sólo porque la presidenta (Dilma Rousseff) quiere”, dijo el presidente del Consejo Regional de Medicina del estado de Maranhao, Abdon Murad Neto, citado por Fola de Sao Paulo.
El presidente del Consejo del estado de Paraná, Alexandre Bley, fue más allá y aseguró que un médico que trabaja sin contar con el registro en esos organismos profesionales estará “haciendo ejercicio ilegal de la profesión y eso en Brasil es un caso de policía”.
En el mismo sentido se pronunció el presidente del capítulo paulista del Consejo, Renato Azevedo, quien dijo que los médicos extranjeros “deberán acudir a la Justicia si quieren, pero no tendrán registro”.
Según el Gobierno, una de las razones de las deficiencias en la atención denunciadas en las manifestaciones de junio pasado es la escasez de personal cualificado.
Los datos oficiales dicen que Brasil tiene actualmente una tasa de 1,8 médicos por cada 1.000 habitantes, bajísima en relación con otros países y que llega a 3,7 en Uruguay, a 3,2 en Argentina o 4 en España.
En respuesta a las demandas de la sociedad en el área de salud, la presidenta Rousseff anunció a inicios de julio pasado un programa para incorporar médicos extranjeros a la sanidad pública, sobre todo en las zonas más remotas y pobres del país.
Mediante ese programa, se abrieron 15.460 plazas para médicos en la red de salud pública, pero hasta ahora sólo se ha presentado poco más de un millar de aspirantes brasileños, por lo que los puestos restantes, todos en zonas empobrecidas del país, fueron ofrecidos en el exterior.
Además de los 4.000 cubanos, han sido contratados 244 médicos que se han graduado en otros países, de los cuales 145 son extranjeros y los 99 restantes son brasileños que estudiaron en el exterior.
Los médicos pasarán exámenes de portugués y otros propios a su profesión antes de ser completamente aprobada su contratación.
El salario ofrecido por el Gobierno brasileño es de 10.000 reales (unos 4.080 dólares, 3.000 euros) por mes, pero el caso de los cubanos tiene sus propias particularidades.
Según el acuerdo firmado con la isla, el Gobierno cubano recibirá el salario de los médicos a través de la OPS y pagará a sus propios profesionales.
El ministro de Salud de Brasil, Alexandre Padilha, admitió que desconoce cuánto dinero recibirá cada médico cubano debido a que eso depende de una decisión del Gobierno de La Habana.
La prensa local ha publicado datos sobre médicos de la isla que trabajan en otros países bajo acuerdos similares, según los cuales el Gobierno cubano retiene más del 50 por ciento del salario de los profesionales, aunque esas cifras no fueron confirmadas por ninguna fuente oficial. EFE