El sr. Maduro, quien ejerce la presidencia por decisión del CNE, le ha anunciado al país que en su gobierno, los burócratas del estado, son sospechosos de actuar ilegalmente, valiéndose de su posición de funcionario público. Dice Maduro, que está empeñado en adecentar la administración pública acabando con la corrupción.
Dice Gianfranco Pasquino que la corrupción es el “fenómeno por medio del cual un funcionario público es impulsado a actuar de modo distinto a los estándares normativos del sistema para favorecer intereses particulares a cambio de una recompensa.” Debe suponerse, en consecuencia, que el presidente admite que su gobierno actúa de manera sistemática para obtener recompensas, esto es bolívares, dólares, etc. Nos imaginamos que se refiere a ministros, presidentes de institutos autónomos y demás altos funcionarios nombrados por su gobierno, y por el anterior.
Ahora, desde cuándo estas preocupaciones asaltaron a Maduro. Alguien conoce su parecer respecto a la perdida de toneladas de comida en PDVAL; se sabe de sus comentarios respecto al famoso caso del maletín del sr Wilson. Sabrá Maduro que el nepotismo es un tipo específico de corrupción. Se referirá también a eso, actuará en consecuencia o le pedirá al expresidente de la AN Soto Rojas que acuda ante los organismos competentes como acusador de su antecesora.
En este gobierno y en el anterior la corrupción se ha enseñoreado. Maduro no solo lo sabe, lo dice. En momentos en que la salud pública se ha sumido en una desastrosa crisis, se investigará sobre el destino millones de bolívares asignados para tal fin. Se investigará la gestión del diputado Cabello al frente de la Gobernación del estado Miranda. Estarán tan decididos en el gobierno a proceder o se harán los locos.
No sabemos que bicho malo, imperial por demás, inoculó a Maduro estas ideas. Lo cierto es que no se necesita ninguna ley que lo habilite para actuar contra la corrupción. El cuerpo normativo con el que cuenta el país es suficiente para salir a cazar corruptos, pero, además, si Maduro está tan seguro como buena parte de los venezolanos que en su gobierno hay corrupción, por qué no procede a la destitución de estos funcionarios y solicita a la Fiscalía la apertura de una investigación.
Maduro es un tipo verdaderamente raro. Primero confiesa que en el gobierno, su gobierno, hay corrupción o lo que es lo mismo, que está al frente de un gobierno compuesto por corruptos nombrados por él mismo. Y, por si fuera poco, pide a la oposición debatir sobre la corrupción, de su gobierno desde luego, para más tarde recular.
La verdad es que luego de las confesiones de Maduro respecto a la salud ética y moral de su gobierno, nos queda decir que no necesita ser habilitado para enfrentar la corrupción y mucho menos debatir con la oposición. Ese es un problema suyo, también de los venezolanos, pero particularmente suyo, en tanto que es usted quien nombra a los funcionarios para ejercer unas determinadas funciones. Corrija sus equivocaciones y errores que son bastantes. Recuerde que ahora está obligado a actuar para no ser cómplice.
Por cierto, Presidente, pregunte el significado de: “a confesión de partes relevo de pruebas:”
@leomoralesP