El enviado especial de la Liga Árabe y de la ONU a Siria, Lakhdar Brahimi, advirtió este miércoles que hace falta la luz verde del Consejo de Seguridad de la ONU para llevar a cabo una intervención militar en ese país.
“Creo que la ley internacional es clara sobre esto. La ley internacional dice que se puede emprender una acción militar después de una decisión del Consejo de Seguridad”, declaró Brahimi a los medios de comunicación, mientras Estados Unidos y sus aliados parecían el miércoles a punto de lanzar una acción militar en contra del régimen sirio, acusado de un devastador ataque con armas químicas.
“Debo decir que sé que el presidente Obama y la administración estadounidense no son conocidos por tener el gatillo fácil. No sé qué decidirán, pero la ley internacional es muy clara”, insistió.
Brahimi también lamentó el uso de una “sustancia” en el ataque del 21 de agosto en Siria que mató a cientos de personas.
“Parece que se utilizó un tipo de sustancia que mató a muchas personas, sin ninguna duda a más de 100, algunos hablan de 300, algunos hablan de 600, quizá 1.000, quizá más de 1.000”, declaró.
“No se puede aceptar, es un escándalo”, declaró.
“Hay un antes y un después del 21 de agosto. Si hay una acción militar, no hay duda de que tendrá efecto sobre la situación en Siria”, añadió, sin poder valorar si dicha intervención sería favorable o no al “interés de una solución política”.
Señaló sin embargo que “sigue creyendo que no habrá una solución militar en Siria: no habrá más que una solución política, y cuanto antes trabajemos por una solución política, mejor”.
En este sentido, subrayó la necesidad de seguir con los esfuerzos en vistas a celebrar una conferencia de paz, llamada Ginebra 2, e indicó que para ello seguirá con el diálogo con los estadounidenses y los rusos,
Brahimi intenta desde hace meses reunir en una misma conferencia de paz al régimen del presidente sirio, Bashar al Asad, y la oposición. Inicialmente, la conferencia debía celebrarse en junio o julio y luego se habló de septiembre.
Pero el presunto ataque químico del 21 de agosto cerca de la capital siria ha agravado las divisiones entre Rusia y los occidentales sobre el conflicto.
AFP