Diez años después de la decisión de George W. Bush de invadir Irak sin un mandato del Consejo de Seguridad, el presidente estadounidense Barack Obama se prepara a bombardear Siria sin un aval de la ONU, pero subrayando que la situación es diferente.
Ante la falta de un acuerdo en el Consejo, la operación en Siria -que parece inminente- deberá ser liderada por una “coalición de voluntarios”, como la que derrocó a Sadam Husein.
Rusia, principal aliado de Damasco, no duda en destacar la similitud y recordar que la invasión de 2003 estuvo basada en falsas informaciones sobre la presencia de armas de destrucción masiva en Irak, pero estadounidenses y europeos afirman cada vez con la boca más abierta que las tropas de Bashar al Asad perpetraron un ataque químico contra varios suburbios de Damasco el 21 de agosto.
El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, que había criticado la “prisa” de Bush por meterse en una guerra en Irak, calificó de “moralmente indecente” el presunto uso de gases tóxicos contra la población siria.
“Esta vez es realmente diferente”, asegura Richard Gowan, de la Universidad de Nueva York. “Sólo un partidario encarnizado de la teoría del complot puede pensar que Obama quería llegar a este punto, mientras que el gobierno de Bush tenía realmente ganas de invadir Irak en 2003”.
Hace 10 años, Alemania y Francia se opusieron a la operación militar, que sí recibió el apoyo de Reino Unido. Esta vez las principales potencias europeas están de acuerdo en llevar a cabo una intervención.
Pero lanzar algunos misiles de crucero será una tarea mucho más fácil que lograr un consenso en el Consejo de Seguridad para terminar con una guerra que se ha cobrado la vida de más de 100.000 personas desde que comenzó en marzo de 2011. Rusia y China ya han puesto su veto sobre la mesa para bloquear tres resoluciones propuestas por los países occidentales para presionar a Asad.
“Buscar un equilibrio”
“Moscú y Pekín condenarán sin duda cualquier acción militar, pero Washington está convencido de que está moralmente justificado actuar contra Damasco, y la prudencia que ha mostrado Obama hasta ahora debería ayudarle a justificar su causa”, explica Gowan.
“El Consejo de Seguridad no puede ser el único garante de lo que es legal y de lo que es legítimo”, expone por su parte Richard Haas, presidente del Consejo de Relaciones Exteriores y exdiplomático estadounidense. “Sería permitir a un país como Rusia tener el dominio de las leyes internacionales, y más ampliamente sobre las relaciones internacionales”. Para el experto, Estados Unidos no puede permitir esta situación.
El gobierno estadounidense, cuenta Haas, “busca un equilibrio” entre una acción militar lo suficientemente fuerte como “para imponer la idea de que realmente hay líneas rojas que no se pueden cruzar”, pero no demasiado fuerte o larga “para que Estados Unidos no se convierta en un protagonista de esta guerra civil”.
Estados Unidos y sus aliados esquivaron la ONU y se apoyaron en la OTAN para bombardear Serbia en 1999, y, según Haas, ahora “podrían demostrar un cierto multilateralismo” y respaldarse en la Organización del Tratado del Atlántico Norte o en los Estados árabes en contra de Asad.
De esta forma, decenas de países podrían unirse para crear una “coalición de voluntarios”, afirma.
De todas forma, algunos gobiernos siguen siendo prudentes ante la aparente inminente intervención. Para el ministro sueco de Relaciones Exteriores, Carl Bilt, hay que acudir al Consejo de Seguridad, al tiempo que es “importante” que los inspectores de la ONU -actualmente en Siria- puedan presentar su informe sobre sus investigaciones acerca del supuesto ataque químico.
“Me gustaría ver una prueba real, bajo una forma u otra, de que fueron usadas armas químicas en el lanzamiento de una operación”, manifiesta un embajador ante la ONU de un país aliado de Estados Unidos, que pidió el anonimato.
Obama, advierte Gowan, “se dará cuenta de que el apoyo internacional a una operación se erosionará rápidamente si pasa de una acción limitada de castigo, relacionada con las armas químicas, a un intento de derrocar al régimen” sirio. AFP