Barack Obama sorprendió a todos el sábado al pedir al Congreso la autorización para acciones militares contra Siria, ya que se trata de un debate de final imprevisible por el alto número de legisladores que aún deben ser convencidos, incluyendo del Partido Demócrata. AFP
El forcejeo comenzó al inicio de la semana, cuando unos 170 legisladores de los dos partidos firmaron cartas pidiendo que Obama negocie la autorización del Congreso antes de iniciar operaciones militares en el Medio Oriente.
Nadie duda que los legisladores del partido Republicano tendrán dificultades de apoyar políticamente a Obama, en momentos en que otros asuntos calientes esperan el fin del receso del Congreso para ser discutidos, como el presupuesto y la reforma migratoria.
El anuncio formulado este sábado por Obama es inhabitual, ya que muchos presidentes (inclusive el actual mandatario) ya lanzaron operaciones militares sin aprobación del Congreso, pero igualmente abre el que deberá ser el más acalorado debate del año en el poder legislativo.
Ahora que Obama decidió escuchar las voces del Capitolio, son los propios legisladores los que quedan en el centro del escenario, aunque el senador Bob Corker, quien apoya un ataque limitado a Siria, admitió que el presidente tendrá días duros por delante para conseguir el apoyo que necesita.
Para Corker, Obama debería usar “cada gramo de su capital político” para convencer a los legisladores.
“Creo que es una situación problemática y será difícil en las dos cámaras. (…) Será importante para el presidente explicar claramente porqué quiere hacer esto, y cómo pretende hacerlo”, dijo.
En la visión de Mitch McConnell, jefe de los republicanos en el Senado, “el rol del presidente como comandante de las Fuerzas Armadas se refuerza si se apoya en el respaldo del Congreso”.
En tanto, el republicano Buck McKeon, jefe del comité de Fuerzas Armadas en la Cámara, dijo que se sentía horrorizado con las acciones del gobierno de Bashar al Asad y el uso de armas químicas contra civiles, pero de igual forma quería un debate amplio sobre si era necesario intervenir y cómo hacerlo.
“La autorización para el uso de la fuerza en este caso dependerá de que el presidente establezca claros objetivos militares que se articulen con metas políticas”, dijo McKeon.
La tarde del sábado, la Casa Blanca envió la solicitud formal al Congreso para obtener su autorización para lanzar los ataques contra Siria, señalando que el objetivo de ellos es permitirle a Obama “detener” y “prevenir” los ataques con armas químicas.
El proyecto de resolución precisa que utilizar la fuerza militar contra el régimen de Damasco tiene como fin “interrumpir, prevenir y degradar el potencial uso de armas químicas u otras armas de destrucción masiva”.
En tanto, el vocero de la Cámara, John Boehner, dijo que discutió la cuestión siria con Obama pero destacó que ahora el presidente debía negociar “con el Congreso y con los estadounidenses”.
Boehner y otros líderes del partido republicano emitieron una nota donde aprobaban la decisión de Obama de iniciar consultas “en respuesta a las serias cuestiones” que están en juego.
Por el momento, pocas voces se presentaron en clara oposición a un ataque militar a Siria. El senador Chris Murphy, por ejemplo, expresó su convicción de que un bombardeo a Siria haría poco para reducir las amenazas a la seguridad nacional estadounidense y podría abrir las puertas a décadas de guerras.
En tanto, el senador demócrata Dick Durbin recordó que el “costo de vidas y recursos para nuestro país en los últimos 12 años ha sido terrible”.
Durbin dijo estar abierto a un debate “si podemos hacer algo que desaliente a Asad y otros como él de usar armas químicas, pero sin meternos en una guerra o hacer un compromiso militar de largo plazo”.
Dos legisladores tradicionalmente entusiastas a la hora de apoyar acciones militares, los senadores republicanos John McCain y Lindsey Graham, en cambio, ya sugirieron que era necesario una “estrategia general” para desalojar del poder a Al Asad.
“No podemos apoyar acciones militares aisladas en Siria que no sean parte de una estrategia global que se proponga cambiar la dinámica en el campo de batalla, con el objetivo de desalojar del poder a Al Asad y poner fin a ese conflicto”, afirmaron en un comunicado.
Para McCain y Graham, “cualquier cosa menos que eso sería una respuesta inadecuada a los crímenes contra la humanidad que Al Asad y sus fuerzas están cometiendo”.
El republicano Peter King fue aún más allá y afirmó que Obama “abdica de sus responsabilidades como comandante en jefe” al pedir permiso del Congreso para los ataques.