Aunque ya algunas películas nos habían mostrado que los villanos también tienen sentimientos, no ha sido hasta ahora cuando hemos comprobado que en el mundo real también es así, publica Que.es
Los protagonistas, villanos, de esta historia son dos chinos que secuestraron a una niña en la provincia de Fujian, en China.
Lo tenían todo planeado. Raptarían a la pequeña y le pedirían a su familia un rescate de un millón de yuanes, unos 150.000 euros al cambio.
Nada podía salir mal. O sí…
El caso es que la niña les contó lo mal que lo estaba pasando su familia, las penurias que estaban padeciendo y lo mal que vivían.
Tanta pena les dio que decidieron soltar a la pequeña pero la cosa no quedó ahí: además de liberarla le dieron algo más de 50 euros (algo es algo) para ayudarla.
Esta muestra de arrepentimiento no les sirvió de nada porque fueron detenidos poco después ycondenados a cuatro años de cárcel.