Carlos Julio Peñaloza: Los misterios de Smartmatic

Carlos Julio Peñaloza: Los misterios de Smartmatic

El caso de SMARTMATIC es emblemático en el fraude electoral continuo que padece nuestra Patria desde el 2004. Para hacer ver su magnitud y complejidad he dedicado varias entregas a esa retorcida trama. Algunas repeticiones de hechos se han incluido a propósito aclarar lo sucedido. En mis anteriores artículos sobre Smartmatic he mostrado que tras esa fachada tecnológica se esconde un proyecto de eternizarse en el poder controlado desde Cuba. Dentro de ese plan SMARTMATIC es solo un instrumento hecho a la medida para cometer fraude. Los promotores del timo son los Castro y sus secuaces criollos. Como premio a los promotores boliburgueses del proyecto se les ha permitido enriquecerse obscenamente mientras el país es empalado en un fraude colosal que lo destruye mientras el régimen se burla de los venezolanos pidiendo pruebas que ellos se niegan a entregar.

Para concluir con la investigación de esta saga vergonzosa solo me falta analizar dos misterios que deben ser desentrañados para dejar en evidencia la estafa histórica hecha a los venezolanos con la complicidad de algunos políticos criollos. Me refiero a la manera como se otorgó la Buena Pro dada a la empresa en el 2004 y el probable asesinato del uno de los propietarios claves de SMARMATIC, el ingeniero Alfredo Anzola hijo.

En este articulo cubriré el primer tema. El trágico caso de Anzola será el ultimo de esta serie. Es un hecho sensible, con ribetes similares al de Danilo Anderson cuyos detalles haré públicos la próxima semana. Ese escrito ya esta concluido y por razones de seguridad esta a buen resguardo.





La Buena Pro a esta empresa se dio tras menos de 48 horas de análisis bufo. Un estudio multidisciplinario serio y profesional de una licitación de naturaleza compleja y delicada como esta tomaría no menos de dos meses. Las ofertas contentivas de mas de mil paginas de información técnica y financiera de tres empresas  fueron recibidas por Jorge Rodríguez el lunes 13 de febrero del 2004. Los sobres y el material de las ofertas fueron entregados el martes 14 a la comisión técnica encargada del análisis. El comité técnico presentó un insubstancial comparación el día jueves 16. Tuve acceso a los documentos de la licitación y pude evidenciar que allí hubo fraude. Esta fue una etapa mas de una estafa continuada y los timos siguen produciéndose en cada votación.

Tal vez por descuido, o porque lo copiaron textualmente de otra licitación, las condiciones mínimas requeridas por el CNE para presentar ofertas fueron incumplidas por SMARTMATIC. Entre esas exigencias estaba que la empresa debían tener experiencia en procesos electorales en otras partes del mundo (no las tenía), presentar metodología para transferencia de tecnología (no lo hizo) y garantizar capacidad financiera para ejecutar el proyecto (no la tenían ). En verdad CANTV fue incluida en el consorcio para presentar su fachada financiera como prueba de capacidad económica. El papel de la telefónica era secundario, actuando como simple subcontratista facilitando el uso de la red de Internet nacional para canalizar la intranet del CNE.

Las condiciones de la propia licitación impedían que se llamara a licitar a una empresa de maletín como SMARMATIC. Esta compañía no solo participó sino que ganó el concurso de ofertas por decisión unánime del comité técnico nombrado a dedo por Rodríguez. Adicionalmente había un conflicto de interés. Alfredo Anzola uno de los principales socios de SMARMATIC mantenía una relación con Delcy Rodriguez la hermana del Rector. De esos contactos salió la idea de permitirles participar en la licitación luego de aceptar ciertas condiciones básicas en materia de software.

Esos “detalles gruesos” que violaban las condiciones fundamentales exigidas para intervenir en el proceso licitatorio, no fueron tomados en cuenta. Aparte hubo decenas de pormenores técnicos que fueron obviados o burlados. Peso a lo burdo del trabajo de análisis prontamente PDVSA facilitó los fondos para costear el proyecto y menos de un mes después con inusitada celeridad se firmó el contrato entre SBC (Smartmatic-Bizta-CANTV) y el CNE. La prisa se debía a que el referendo revocatorio se había programado para el 15 de agosto del 2004 y había que trabajar a marchas forzadas para tener el sistema instalado para esa fecha. Fidel no tenia la menor intención de devolver a Venezuela a sus legítimos dueños.

Según información obtenida de la Olivetti en Italia, el hardware del sistema vendido al CNE por  $73.541.600 millones tuvo un costo real cercano a los $20 millones. El contrato acordó un adelanto de $22.331.414 pagaderos en 10 días. En ese mismo documento la empresa Bizta, la fachada cubana, cobró $5.573.626 por el software. En una insólita muestra de solidaridad el Ministerio de Ciencia y Tecnología concedió un préstamo con garantía de acciones de Bizta para cubrir los gastos del software. El resto del dinero fue aportado raudamente por PDVSA. La Contraloría, ni la Fiscalía ni los órganos de inteligencia se abocaron a investigar este delicado proyecto que no solo afecta la seguridad del Estado sino que atenta criminalmente contra la Constitución y la democracia. Públicamente se sabia que ese proyecto contenía evidentes delitos pero no podía retardarse porque era de interés vital para los Castro. De esa manera, sin ninguna supervisión ocurrió el debut de Smartmatic en el referendo del 2004, tal cual como los cubanos lo había planificado. A partir de allí la revolución se ha radicalizado y una minoría traidora cada vez mas pequeña utiliza este instrumento letal para asfixiar día a día a la democracia. Si queremos salvar a Venezuela es hora de despertar.