Thomas Edison, prolífico inventor de Estados Unidos, ante el poco empeño de algunos en concluir lo que comenzaban decía que “mucha gente no sabía lo cerca que estaba del éxito cuando abandonaba sus proyectos”.
Recordé la cita por la actitud de resignación de algunos ciudadanos e instituciones (incluyendo dirigentes populares y partidos políticos) a la luz de la catástrofe política, económica, social y ética que vive el país.
Nos consta que hay personas importantes de la oposición que están dispuestas a acudir a todas las elecciones programadas y por programar, hasta que se cumplan los seis años de la presidencia de Maduro.
No las entendemos. Bien está que acudamos a las elecciones municipales para demostrar que somos mayoría absoluta en el país y que podemos ganar más municipios de los que gobernamos hoy. Pero nos preocupa lo que vamos a hacer y planificar de aquí a diciembre, así como lo que haremos después ¿o es que esta tragedia es una telenovela que viviremos capítulo a capítulo y que durara seis años? Por mi parte, Constitución en mano, veo un horizonte a corto plazo y estoy seguro de que la gran mayoría de los venezolanos, incluido un sector destacado que apoyó a este régimen, lo que quiere es una alternativa constitucional no tan lejana. Llama la atención la displicencia con la cual algunos dirigentes descartan alternativas como, por ejemplo, la Asamblea Nacional Constituyente con el argumento de que el problema no es la Constitución vigente.
Por supuesto, que no lo es, aunque soy partidario de una más realista, más moderna, más corta y mejor redactada.
Pero, aun aceptando que no hace falta cambiar la Constitución, los que así piensan no sé si han reflexionado, con clara honestidad intelectual, sobre el escenario que tendríamos en Venezuela de habérsele concedido el triunfo a Capriles. ¿Se imaginan a estos ineficientes corruptos que han destruido el país estando en el gobierno, lo que harían siendo oposición, con 20 gobernaciones, la Fiscalía, la Defensoría del Pueblo, la Contraloría, el TSJ y la mayoría en la Asamblea Nacional? Es muy fácil responder que este es un país presidencialista y que con el control del Ejecutivo se puede gobernar.
Eso era antes. Hemos tenido presidentes que han gobernado con minoría en el Congreso pero se negociaba entre los partidos y se llegaban a acuerdos. ¿Hay alguien en este país que crea que estos que hoy nos desgobiernan van a negociar bajo las reglas del sistema democrático y con los intereses del país en mente? ¿Qué señales ha dado Maduro y su cohorte de querer consultar con la oposición para resolver los múltiples desastres que ellos nos han generado? Ninguna. Entonces, dejemos de creer en pajaritos preñados. Aceptemos que tenemos un problema político grave y la Constitución nos da alternativas para resolverlo. Sugerimos que se analice a fondo la Constituyente, no necesariamente para cambiar la Constitución sino para reemplazar todos los poderes públicos.
Otras opciones que hay que considerar son el referendo revocatorio para lo cual hay que esperar hasta la mitad del período presidencial, la renuncia del presidente ante el caos social y económico o su destitución. No hemos mencionado a la FAN porque hay demasiados rumores sobre su preocupación con respecto al caos actual.
Además, estamos seguros de que apoyarán la decisión de una mayoría ciudadana si esta aprueba por la vía constitucional recortar el período presidencial.
No abandonemos un nuevo proyecto de país cuando estamos a las puertas del cambio.