Blair McMillan y su novia Morgan, de 27 años de edad, viven cada jornada como su fuera 1986. Y lo están haciendo para que sus hijos -Trey, de 5 años, y Denton, 2- aprendan a vivir sin tecnología.
Es por eso que en su casa de Toronto, Canadá, está prohibido cualquier avance tecnológico posterior a 1986. Esto significa que tienen teléfonos pero no smartphones; videos pero no DVD; videojuegos pero no Playstation; fotos pero no Instagram; y TV pero sin cable.
Los McMillans realizan las transacciones bancarias en persona y si quieren saber algo, no podrán buscar en Google, ya que no tienen ni ordenador ni conexión a internet.
El experimento comenzó, relata McMillans, cuando a principios de este año él le solicitó ayuda a su hijo mayor, quien se negó por estar “demasiado ocupado con su iPad”. Y fue así como inciaron el proyecto. La pareja decidió renunciar a sus móviles, eliminar sus cuentas de Facebook y dar de baja el servicio de cable. En la casa, la familia colocó una caja para que los visitantes guarden sus teléfonos, tabletas y otros dispositivos durante la estadía.
Por otra parte, Blair indicó en una entrevista al sitio Toronto Sun que el costo de la vida se reduce cuando no se paga internet ni cable. “Es mucho más barato”. No obstante, estar sin tecnología le hace difícil encontrar un trabajo al patriarca de la familia, ya que muchas empresas sólo aceptan solicitudes de empleo en línea.
El clan antitech planea filmar un documental o escribir un libro sobre esta experiencia, que, según dicen, los “acercó”. El proyecto terminará en abril de 2014. Lo único que no pudieron abandonar fue el auto familiar, un KIA 2010, pero no usan su GPS.
Fuente: Infobae