Casi un 80% expresa desaprobación de gestión a Maduro. La escasez, la inflación, la criminalidad, la corrupción y en fin, la incompetencia e inestabilidad, cae sobre los hombros del mandatario. Chávez lograba escurrir el bulto en sus colaboradores. Pero Maduro no. Un careo que pone al excanciller, al filo de la ingobernabilidad.
La incapacidad y la crisis de gobernabilidad viene a cuento porque no hay mejor favor que le puedan hacer a Maduro, que distraer la agenda con una constituyente. Un instrumento palaciego que ha servido históricamente para promulgar constituciones prêt-à-porter
En una entrevista de Oscar Yanes a Hugo Chávez (junio de 1998/candidato presidencial), el moderador fue determinante en decir que la constituyente es una farsa: “un parapeto supradictatorial, capaz de cambiar el nombre de la República, el período presidencial, la organización del Estado, el escudo, la bandera, la estructura militar, y en fin, meterse hasta en nuestro modo de caminar o de ir al retrete”. En su momento un Chávez contrariado, contestó: “Usted no sabe lo que dice Yanes… Una constituyente es un proceso democrático, previsto en el Art. 4 de la C-61 (el poder reside en el pueblo) y en el Art. 181 de la vieja LOS, que nos lleva a referéndum”. Obviamente ni el 4to-C-61, ni el 181 de la LOS, conducían a constituyente. Pero ese fue el peine que se dejo meter la extinta CSJ, y aquí nos trajo.
Como ninguna revolución es legalista, sino reformista a juro, veamos los resultados de la constituyente-99: unicameralidad del Congreso; reorganización de los poderes públicos; aumento del período presidencial, reelección inmediata; autonomía y carácter deliberante de las FFAA; cambio del escudo, del huso horario y una estrella más a la bandera; cambio de la moneda nacional y del rostro de Bolívar; nacionalización salvaje y desaparición del Federalismo autónomo… Pero existen otras consecuencias más notables en términos de gestión y conducción de la hacendada del Estado: hoy 300 millones de dólares diarios en venta de crudo, no dan para tener papel sanitario, luz, leche, medicamentos ni seguridad. Pasamos de 16 ministerios a 36; de 900 mil empleados públicos a 4 millones, y de una tasa de cambio de 573 Bs/$ a 6300 Bs/$ (sin contar paralelo). Acumulamos una devaluación del 1000% en 14 años (que es más), con un aumento del precio del petróleo de 935% (de 10$ a 110$/barril). La nómina de Pdvsa pasó de 40.000 empleados a 120.000 y su deuda de 6000 MM$ a 40.000MM$. Los homicidios de 4.500 (1999) a 21.692 asesinados (2012), con una compra de armamento de 14 mil millones de dólares… 22.500 inmuebles han sido invadidos a nivel nacional; 600 fincas intervenidas (3 millones de hectáreas), con una inflación (1999-2012) del 933%. Han migrado a otros países más de 60MM$… El 97% de los delitos no son castigados. Se han destinado 12MM$ estatizando empresas y solo se ha pagado el 7% del total estatizado. El 70% de los jóvenes de la educación pública no se gradúan de bachiller. En 1999 importábamos el 1% del consumo de carne y ahora el 59%. Después de 230 años exportando café (en 1998 despachamos 388 mil quintales al exterior), en 2009 llegamos a 0. El total de alimentos importados alcanza el 70% y los apagones mantienen a oscuras el 60% del territorio nacional. La administración pública registra 2.200 militares en cargos de alto nivel y 3.000 más en cargos medios y bajos. 15 millones de armas circulan sin ningún control. En 34 recintos penitenciarios hay 12 mil camas para 45.000 reclusos, y los pranes andan por libre escoltados con GN. El sistema de salud público colapsó: no hay material para radioterapia, ni medicamentos, ni reactivos para detectar el VIH, ni gasa ni merthiolate, mientras cunde el Mal de Chagas y la Malaria. Desde 1999 hasta 2012, se han ido 7.000 médicos venezolanos (mi hermana incluida) y 9 mil científicos. No hay carros, no hay repuestos y la delincuencia se da banquete desvalijando vehículos para reutilizarlos. Otra devaluación está en camino…
Maduro es uno más de esa lista y una constituyente seria su salvación. ¡Que historia amigos, diría Agustín…!