Nicolás se larga a China en busca de un préstamo que no obtendrá sin entregar petróleo barato y abundante, porque los tipos serán chinos pero no pendejos para prestarle sin garantías leoninas a un gobierno quebrado y a punto de default. El Ilegítimo aborda el avión para ir al otro extremo del planeta a mendigar la moneda imperial, mientras Diosdado lo sadiquea diciéndole que no habrá “golpe de estado” durante su estancia en la tierra de los mandarines. Vaya forma de preocupar a alguien.
El viajecito al país asiático le costará a la república unos 2 millones de dólares para el alojamiento, recuerditos, paseitos por la Muralla y las consabidas francachelas de los 100 acólitos que lo acompañan. Unos 20 mil dólares percápita, es decir unos 7 cupos Cadivi por persona sin armar la ladillosa carpeta ni pasar por la incertidumbre de que no tendrás los billetes verdes para el momento del viaje. Sin contar lo que se entregará a cambio por algún dinero de manos de los agiotistas chinos.
Nicolás se va a China en “cuatro”, a ofrecer más petróleo a futuro a unos comunistas tan suigeneris que practican el capitalismo más salvaje del planeta y a comprometerse a comprarle cuanta chuchería puedan ofrecerle los fabricantes chinos. En fin, a tratar de montar otro Fondo Chino para que los corruptos del PSUV lo asalten.
Resulta penoso ver a un gobierno que ha dilapidado más de un millón de millones de dólares tocando la puerta de países usureros. Es una clara señal de fracaso económico ir con la mano estirada en busca de más billete porque la voracidad fiscal y la corrupción lo dejaron quebrado. A eso es a lo que se refería Merentes cuando habló de la “falta de éxito económico”.
Pero el viaje a China tiene unos antecedentes recientes que @morandavid resumió magistralmente cuando escribió: “A qué fue Jaua a China? A jalar. A qué fue Cabello? A echarle paja a Nicolás- Y Damídez? A pedir. Y ahora el Inepto? A entregar”.