Los amantes deberían ser considerados ante los demás cuando se besan en el transporte público, según las autoridades de Viena. Las muestras ostentosas de cariño, ¿son realmente de tan mala educación?
Comer, hablar demasiado alto y poner los pies en los asientos está ampliamente reconocido como inaceptable en los autobuses y trenes.
Ser demasiado amoroso puede ser igual de desconsiderado, según la empresa Wiener Linien, que opera el transporte público en la capital de Austria, Viena.
Una película pública y de carácter informativo, producida por la compañía, muestra ejemplos de pasajeros comportándose de manera poco considerada. Aparece alguien hurgándose la nariz, un perro desatendido babeando y una pareja “besándose de forma desenfrenada”, en palabras de la portavoz de Wiener Linien, Anna Maria Reich.
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