Blanca Vera Azaf / L.C.T. / El Nacional
En las últimas semanas la disminución de los ahorros de la nación ha colocado la caja disponible en 900 millones de dólares, cantidad que sólo alcanza para cubrir 6 días de importaciones. De allí la necesidad del gobierno del presidente Nicolás Maduro de conseguir un crédito que no esté atado a proyectos de infraestructura o agrícolas, como lo está el Fondo Chino y el resto de los acuerdos firmados con la nación asiática, sino que implique el desembolso en efectivo de divisas que puedan ser libremente utilizadas para adquirir bienes fuera del país.
Un auxilio financiero se otorga a una nación o a una institución cuando existe un déficit de recursos. Se coloca un activo como garantía y se fijan las condiciones. Esta línea de crédito se hace disponible a través del sistema financiero. Fue exactamente uno de este tipo que los funcionarios del Gabinete Económico venezolano esperaban conseguir. Se buscaba que no estuviera atado a la construcción de ningún proyecto para tener todo el dinero disponible.
“Nosotros con China lo que conseguimos es financiamiento. Nosotros no endeudamos al país”, aseguró Maduro hace dos días. Sin embargo, luego añadió: “Nosotros en los últimos 5 años hemos conseguido, incluyendo los 5 millardos de dólares que acabamos de conseguir, 50 millardos de dólares para proyectos de desarrollo en el país. Ahora lo hemos logrado en condiciones de financiamiento especiales y ventajosas para Venezuela que lo que se consigue en el mercado internacional”.
Existen otros tipos de créditos o financiamientos con los que Venezuela está comprometida. El Fondo Gran Volumen, firmado en 2010 por 20 millardos de dólares, es pagadero a 10 años con envíos de crudo y el Fondo Pesado,un préstamo que se ha ido renovando cada cierto tiempo y que está atado a planes de infraestructura o agrícolas, también se cancela con despachos de crudo.
“Es importante que se sepa que los auxilios financieros y los créditos son deuda de la República y forman parte de los pasivos de la nación”, afirmó el economista José Guerra en respuesta al vicepresidente, Jorge Arreaza, quien aseguró que “el financiamiento con China ni siquiera implica deuda, es parte de la alianza energética”.
Ante la escasez de divisas, el Gabinete Económico ha planteado utilizar los recursos en divisas depositados en el Fondo de Desarrollo Nacional o preparar una emisión de bonos de la deuda pública o de Petróleos de Venezuela, pero las condiciones de Venezuela harían que emitir papeles en el mercado internacional implique pagar una alta tasa de interés. La última vez que se emitió deuda la tasa fue de 12,5% para poder atraer inversionistas. El costo resulta muy oneroso.
Una fuente del área de finanzas dijo, de manera extraoficial, que lo que el Gobierno pretendía obtener en China era un auxilio como el que podría prestar cualquier organismo multilateral como el Fondo Monetario Internacional. “A decir verdad el FMI ha demostrado que no es lo que fue en los años ochenta. Se reestructuró y así lo ha demostrado con la crisis europea. Además pedirle prestado al FMI, significaría cancelar 2% de tasa de interés; mientras que emitir deuda cuesta 12,5% o más”.
Financiamiento de China
En los últimos años China se ha convertido en un eje de la economía, a través de aportes que financian obras en el país. Por ejemplo, en Pekín se prometió una inversión de 20 millardos de dólares para el sector petrolero. 14 millardos se usarán en el bloque Junin 10 de la faja petrolífera del Orinoco para producir 220.000 barriles diarios y el resto en el campo Junín 1.
Además, el Banco de Desarrollo chino financiará con 700 millones de dólares la explotación conjunta con la empresa Citic, del yacimiento de oro Las Cristinas, uno de los principales yacimientos auríferos del mundo, así como la creación de un mapa minero.
Se acordó también el financiamiento de la construcción del terminal marítimo de Petroquímica de Venezuela en Morón para exportar urea y amoníaco por 391 millones de dólares.
Aunque se desconoce el monto, se invertirá en la recuperación de Las Majaguas, en Portuguesa, para aumentar la superficie de riego en 50%; 350 millones de dólares para construir 4.500 viviendas en Anzoátegui y Nueva Esparta y 480 millones para levantar el eje ferroviario Valles del Tuy en el tramo Santa Lucía – Kempis, que conectará oriente, centro y occidente.
En 2012 ambos países tuvieron un intercambio comercial de 20 millardos de dólares y firmaron 27 acuerdos en el área económica, comercial y cultural, según el Bandes.