Venezuela está viviendo la crisis económica mas grave de los últimos tiempos, con indicadores muy negativos, como la mayor tasa de inflación de la región que para el bolsillo del ciudadano es el peor de los males derivados de una política económica errada. Un crecimiento del PIB para el país estimado en 1%, según la CEPAL, insuficiente para generar desarrollo económico y un estado de bienestar aceptable. Venezuela es una economía cuyo esquema se basa en la petro-dependencia, pero la pésima gerencia de PDVSA es incapaz de generar los ingresos que el país necesita.
Ante tal situación, el Gobierno se queda sin opciones y está “obligado” a continuar aumentando la dependencia financiera del endeudamiento chino. Esta deuda, bien sea de la república o PDVSA, siempre viene garantizada por petróleo. El monto de la deuda sigue creciendo año tras año, y no estamos lejos ya de los 100.000 millones de dólares. De hecho, esta última visita de Maduro y su combo, resultó en “préstamos” de 5.000 millones de dólares más otros 14.000 millones de dólares de SINOPEC para el desarrollo en asociación con PDVSA del bloque Junín 1 de la faja del Orinoco.
En consecuencia, China se convierte en un acreedor privilegiado de PDVSA. Esto significa que cada vez que se estructure o se otorgue un financiamiento, las garantías y colaterales serán mayores y a PDVSA, por manejar sin opciones, no le queda otra que aprobar tales exigencias. Además, cuando se concentra tal cantidad de deuda en un solo prestamista, significa que éste tiene todo el poder sobre las operaciones. El gran ganador de ese negocio es el prestamista, en este caso los chinos, y el deudor, Venezuela, el gran perdedor. Las lecciones básicas de finanzas enseñan la importancia de la diversificación de las fuentes de financiamiento, pues la concentración resulta en que, de una manera indirecta, PDVSA es privatizada al capital chino por la vía de la deuda.
El Gobierno está creando mitos absolutamente irreales sobre estos préstamos. El Gobierno da a entender que los préstamos se convertirán en divisas que recibirá el país para su uso a discreción, dando una sensación de alivio a la escasez de divisas. El otro mito es que los préstamos van ser generadores de crecimiento y desarrollo económico. En realidad, estos préstamos son crédito para la compra de bienes y servicios de origen chino que se cancelan con las líneas de crédito aprobadas. Es decir, continúa la misma política de importaciones de todo que sigue el Gobierno.
Para el fondo binacional, se entiende que para su disposición Venezuela debe aportar recursos a la par y como todos sabemos no hay dólares. Finalmente, en cuanto a PDVSA el anuncio para el proyecto de SINOPEC de 200.000 bl/día es una intención mas que una realidad y en todo caso será con un esquema parecido a las líneas de crédito con exclusividad para equipos, bienes si es que el proyecto se ejecuta, lo cual esta por verse. Pero además, PDVSA siendo el socio mayoritario, tiene que dar garantías, colaterales y aportes para ejecutar el proyecto. Pero la petrolera no cuenta con estas garantías, por lo tanto se tiene que endeudar aun más, es decir pedirle mas dinero a los socios chinos. La grave crisis de flujo de caja de PDVSA se evidencia cuando PETROBRAS ya descartó a PDVSA como socio en la refinería de PERNAMBUCO, pues hasta la fecha no ha otorgado ni las garantías, ni los colaterales, ni la disponibilidad para ser socio en el proyecto de 230.000 bl/día de procesamiento. Otra consideración clave en los prestamos chinos, se refiere a como el país compromete cada vez más volúmenes de entrega de petróleo -que ni siquiera necesariamente son para el mercado chino- y se menciona en el mercado petrolero un volumen de 650 mil bl/día, que no generarán ingresos a futuro, pues son para el pago de este gigantesco endeudamiento.
En conclusión, este nuevo endeudamiento no es un mecanismo para resolver la problemática estructural de la economía venezolana, o si quiera un alivio temporal a la escasez de divisas y bienes de primera necesidad. Por el contrario, incrementa la hipoteca china, resultando en una entrega más de PDVSA, realmente es un fracaso para la economía de nuestro país. De nuevo en Venezuela si era importante una discusión nacional sobre el tema petróleo ahora se convierte en una necesidad, queda entre nosotros ejercer la presión para que se haga.
@JFernandeznupa