Es probable que alguna vez te hayas preguntado si tu alimentación es realmente adecuada o si necesitas tomar suplementos dietéticos, los cuales a menudo se recomiendan como remplazo o complemento de las comidas.
No obstante, los suplementos se recomiendan cuando padeces alguna enfermedad que interfiera con la absorción de los nutrientes y genere deficiencias nutricionales, ya que una dieta equilibrada le proporciona a tu cuerpo todos los nutrientes necesarios para su buen funcionamiento.
En ocasiones, la publicidad confiere atributos “mágicos” a este tipo de suplementos, aunque en realidad no siempre mejoran la salud. Por eso es importante escogerlos y, sobre todo, que un especialista los recomiende.
Sin embargo, la calidad de vida de quienes habitamos en las grandes ciudades, donde los niveles de contaminación y estrés son altos, exige que recurramos a determinados suplementos dietéticos de origen natural como:
El polen de abeja: Las microscópicas esporas que constituyen el polen tienen un gran valor en el combate a las alergias y se ubica como un buen complemento para tu alimentación, ya que contienen 30% de proteínas, 30% de carbohidratos, 5% de grasas y muchos otros elementos menores.
Ningún alimento animal o vegetal tiene tanta concentración de vitaminas como el polen, es decir, tiene tanta o más vitamina B1 (tiamina) que el extracto de levadura o el germen de trigo, más vitamina B2 (riboflavina) que los huevos y la leche; su contenido en vitamina C es similar a las espinacas, el tomate o los plátanos, y en algunos tipos de polen el contenido en vitamina E es similar al del germen de trigo, los cacahuates o el aceite de oliva.
Es uno de los complementos alimenticios de más rápido efecto sobre el organismo: muchas personas al cabo de tres o cuatro días de tomarlo, con frecuencia experimentan una sensación de bienestar y fortaleza.
El consumo de polen estimula todas las funciones del cuerpo, especialmente las digestivas e intestinales y es un excelente remedio contra la anemia. Además, ayuda a bajar la presión arterial y regula los niveles de glucosa.
Gracias a la vitamina A y el zinc que contiene, mejora la vista, el cansancio ocular y otros trastornos visuales, y para aquellas personas que desempeñan trabajos intelectuales, el polen es ideal para obtener mayor capacidad, facilidad de asimilación y reforzar la memoria.
El glucomanano: Este es uno de los suplementos dietéticos que te ayudan a bajar de peso. Se trata de una fibra extraída de la raíz de la planta Konjac, muy común en India e Indochina, la cual absorber hasta 200 veces más agua que su peso en seco y se hincha en nuestro estómago provocando una sensación de saciedad.
Se usa sobre todo en los regímenes de adelgazamiento por el efecto de saciedad y el control del estreñimiento. Además, reduce los niveles del colesterol malo (LDL).
El glucomanano se comercializa en forma de polvo o cápsulas u debe tomarse media hora antes de las comidas con uno o dos vasos de agua. Las personas con diabetes o con obstrucción intestinal deben consultar con su médico el uso de este suplemento.
Ácido fólico: Estos suplementos disminuyen el riesgo de aborto involuntario y de ciertos defectos congénitos tales como espina bífida. Es un nutriente esencial para la maduración de los glóbulos rojos, base del sistema inmune.
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