Un estudio realizado por la empresa fabricante de juguetes para adultos, AdamandEve.com, reveló que un 27% de los norteamericanos se masturban solo una o dos veces a la semana. Ese número nos parece sospechosamente bajo, especialmente cuando la ciencia ha demostrado que ser el maestro de tu propio placer puede traerte beneficios adicionales para tu salud.
Para la doctora especialista en sexología Gloria Brame, “la masturbación es parte de una vida sexual sana. Es una práctica totalmente segura e inofensiva”. Es que, de hecho, nos hacemos más daño físico al cepillarnos los dientes (cuando nos equivocamos y nos lastimamos las encías) que al masturbarnos.
Es por eso que “vaciar tus tuberías” debería ser una práctica regular. Y si aún no estás convencido, aquí 5 razones para no dejar de poner en práctica contigo mismo las destrezas de tus manos:
1. Previene el cáncer
Una investigación en Australia comprobó que los hombres que eyaculan más de 5 veces a la semana disminuyen en un tercio sus posibilidades de desarrollar cáncer de próstata.
Para la doctora Brame, esto se debe a que muchas de las toxinas que causan las enfermedades se alojan en el tracto urogenital, y cuando “limpiamos las tuberías” sacamos a esos agentes nocivos de nuestro organismo.
2. Te hace más fuerte y resistente (en todo sentido)
El paso del tiempo te hace perder tono y fuerza muscular, incluso allá abajo donde se encuentra nuestro mejor amigo. Tener relaciones sexuales regularmente o masturbarse mantiene ejercitados los músculos de la zona pélvica, lo cual previene la disfunción eréctil y la incontinencia.
Digamos que es el entrenamiento básico necesario para mantenerte en forma. 3 a 5 “rutinas” a la semana son lo necesario para tener resultados sólidos.
3. Incrementa tu rendimiento durante el sexo
Muy relacionado con el punto anterior, en la medida en que practiques en soledad podrás demostrar un mejor desempeño en compañía. Eso demuestra por qué muchos especialistas recomiendan masturbarse una hora antes de tener una cita para tener mayor control una vez que llegue el momento más esperado de la noche.
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