Es fácil argumentar que los dispositivos nos mantienen mejor informados y más comunicados. Se puede acceder a correos electrónicos, mensajes privados, video llamadas, noticias y redes sociales en un instante.
Se puede trabajar en forma remota, colaborar con otros en lugares distantes y tener al mundo en la palma de la mano.
Pero recientemente una serie de estudios y columnas de opinión (algunas de ellas escritas en el mundo tecnológico) están llamando la atención sobre los riesgos de estar conectados 24 x 7.
Me refiero a preocupaciones sobre las repercusiones en nuestras interacciones sociales y nuestra productividad, no a la llamada adicción, que es otro tema y nada tiene que ver con la tecnología.
Más información en BBC Mundo