Del total de 100 millones de personas afectadas por desastres en el mundo, unos 33 millones han perdido sus casas, según datos de la secretaría general de la ONU para la Prevención y Reducción de Riesgos de Catástrofes divulgados hoy con motivo del Día Mundial del Hábitat.
Como consecuencia, estas personas se ven obligadas a vivir en casas provisionales que “a menudo se convierten en permanentes, por lo que es importante que sean de calidad”, resaltó la representante especial de esta secretaría, Margareta Wahlstrom, en un acto celebrado en Ginebra.
El mayor conflicto que ha obligado a más gente a dejar sus hogares en los últimos años ha sido la guerra de Siria, con siete millones de personas que han huido de la violencia, de los que 2,2 millones viven refugiados en Estados vecinos y 4,8 millones como desplazados internos dentro del país.
En 2010, el terremoto de Haití dejó a 1,5 millones de personas sin hogar, mientras que el terremoto y posterior tsunami de 2011 en Japón dejó sin vivienda a 300.000 personas.
Sólo en Europa, unas 237.000 personas tuvieron que dejar sus hogares en los últimos cinco años, de las que 74.000 lo hicieron en 2012, según Sven Alkalaj, secretario ejecutivo de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa (CEPE).
Con motivo de este Día Mundial del Hábitat, la CEPE presentó los prototipos de dos tipos de viviendas temporales de bajo coste para personas desplazadas a causa de desastres naturales u otras catástrofes.
Uno de estos modelos, de origen canadiense y con una superficie de 26 metros cuadrados (4,88 x 6,10 metros), se tarda sólo dos días en construir por únicamente tres personas y con un coste de unos 10.000 dólares canadienses (7.140 euros).
“Debemos diseñar la vivienda correctamente para el país en el que va a ser utilizada”, señaló Sylvain Labbé, representante de Productos de Madera de Quebec, empresa que ha diseñado esta casa.
“Éstos alojamientos provisionales están diseñados a prueba de huracanes”, añadió.
La otra vivienda, fabricada en Estonia, tiene una superficie de 13,6 metros cuadrados (3,30 x 4,53 x 2,97 metros), se puede levantar en ocho horas entre sólo dos personas y tiene un coste de 2.000 euros.
“Es rápida y fácil de montar y toda la madera utilizada es extraída de manera sostenible”, comentó Ingrid Lampe, jefa de marketing de Palmako AS, la compañía responsable de su fabricación. EFE