La joven paquistaní Malala Yousafzai, herida por los talibanes hace alrededor de un año por defender el derecho de las niñas a la escuela, dijo el lunes que quiere ser política para cambiar su país.
La chica de 16 años, cuya lucha continua por la educación le ha valido ser favorita a ganar el premio Nobel de la paz esta semana, expresó su apoyo al diálogo con los talibanes, aunque precisó que eso era un tema del gobierno.
“Seré una política en el futuro. Quiero cambiar mi país y quiero hacer que la educación sea obligatoria”, dijo Malala en una entrevista con la BBC.
“La mejor manera de arreglar un problema y combatir la guerra es con el diálogo, de manera pacífica”, agregó.
“Pero para mí el mejor modo de luchar contra el terrorismo y el extremismo es hacer una cosa simple: educar a la próxima generación”, insistió.
Malala añadió que combatir el terrorismo es un asunto de Islamabad y Washington: “no es un tema mío, es el trabajo del gobierno… y también del gobierno de Estados Unidos”.
Pese a las amenazas, Malala reiteró su deseo de volver a Pakistán desde Gran Bretaña, adonde fue trasladada tras recibir un balazo en la cabeza y donde va a la escuela.
“Lo malo de nuestras sociedad y nuestro país”, dijo en referencia a Pakistán, “es que uno siempre espera que venga otro” a arreglar las cosas.
“Si digo que nadie hace nada por la educación, si digo que no hay electricidad, que no hay gas natural, que las escuelas están siendo destruidas, y digo que nadie se ocupa de ello, ¿por qué no lo intento?, ¿por qué no lo hago yo?”.
“Creo que alcanzaré ese objetivo porque Alá está conmigo, Dios está conmigo y me salvó la vida”.
Malala admitió que Gran Bretaña ha causado a su familia una gran impresión, “especialmente a mi madre, porque nunca habíamos visto a mujeres tan libres, van a cualquier mercado, solas y sin hombres, sin los hermanos o los padres”. AFP