La noticia corrió como reguero de pólvora por todas las instalaciones del Ministerio del Deporte. Un funcionario de ese despacho fue detenido en Europa con €407.000 euros no declarados. Todo el mundo se preguntaba ¿Quién era el personaje? Una de las secretarias, con su Black Berry en la mano, grito sorprendida… “Nelson Bocaranda dice en sus Run-Runes que es el Director de Planificación de Alto Rendimiento”.
– Coño, ese es el camarada Ovidio Almeida, dijo uno de los milicianos que “labora” en el ministerio… tan seriecito que se veía y ahora se metió en ese peo.
Te lo vengo diciendo desde hace mucho tiempo, aquí los jefes están pendientes solamente de los guisos, y tú no me lo quieres creer.
El tráfico o lavado de dinero comenzó en los Juegos Olímpicos de Sidney- Australia, cuando un atleta fue visto repartiendo real a diestra y siniestra a nombre del gobierno. Nadie pudo entender en ese momento como ese personaje logro pasar por las aduanas un maletín forrado de billetes.
– Es verdad, tu me lo dijiste y no te pare bola…por que seguía creyendo en la pureza del proceso revolucionario, pero…que va pana, muchos choros en el ambiente. Explícame ahora este caso.
-Bueno, el camino revolucionario a Bruselas es mas largo de lo que te imaginas. Primero, el caso tiene múltiples complicidades, es imposible que el mismo sea hecho por una sola persona.
-¿Cómo así?..Explícate.
-Empecemos por la parte administrativa: En la oficina de Alto Rendimiento se elabora un informe para justificar el apoyo económico a un grupo de atletas que se encuentran en la etapa de preparación en un país europeo. Luego, el informe es aprobado por el Vice-ministro del despacho quien autoriza su envío a la dirección de administración y finanzas para estudiar la disponibilidad presupuestaria y una vez aprobado en esa instancia lo elevan por la cuantía del monto, al Directorio del IND para su aprobación final, previamente la Contraloría Interna revisa que todos los pasos administrativos hayan sido cubiertos.
– Bueno, me parece bien todo lo que dices… pero, sigo sin entender cómo se desarrolla “el negocio”.
-Pregúntate, como en ese camino administrativo, nadie se dio cuenta que el dinero iba a ser manejado en efectivo por un funcionario… o no lo señalaron en el informe o los que aprobaron ese desembolso son cómplices directos o indirectos de guiso. Pero, la cosa no termina allí. Quien en CADIVI autorizó la entrega de ese monto mil millonario a un funcionario del ministerio del deporte… otro cómplice mas. Luego, cómo pasó, con los billetes en la mano, los controles del aeropuerto de Maiquetía…otro u otros secuaces más. Igual pregunta vale para los controles aduaneros de Madrid donde supuestamente hizo escala el funcionario. Finalmente, en Sofía Bulgaria, lo pescaron con las manos en la masa o mejor dicho con las manos full de billetes y no pudo cumplir con el objetivo final de depositar esos reales en cuentas particulares en los bancos europeos.
Ahora, ningún funcionario del despacho, da explicaciones sobre lo sucedido y al final no me queda ninguna duda que Ovidio terminara como el chinito de Recadi…pagando el solo los platos rotos….y los cómplices preparando el nuevo punto de cuenta para embolsillarse otros reales.
– Ufff…, camarada con esa explicación estoy a punto de creer que “El crimen si paga”… Billete o muerte.
Jesús Elorza