La joven paquistaní Malala Yousafzai, cuyo nombre circula como posible Premio Nobel de la Paz, consideró el miércoles no ser merecedora de ese galardón, cuando se cumple un año del atentado de los talibanes que estuvo a punto de costarle la vida.
Desde que los islamistas le dispararon un balazo a quemarropa en la cabeza el 9 de octubre del año pasado, la muchacha, de 16 años, se ha convertido en una embajadora del derecho de las niñas a ir a la escuela.
Ha tomado desde entonces la palabra ante las Naciones Unidas, esta semana publicó su autobiografía y se la cita como posible ganadora del Premio Sajarov de Derechos Humanos otorgado por el Parlamento Europeo (que se anunciará el jueves) y del Premio Nobel de la Paz (que se anunciará el viernes).
Sin embargo, en una entrevista con la radio paquistaní City89 FM, Malala expresó su deseo de hacer más para promover la educación y dijo que no se merecía el Nobel.
“Hay mucha gente que se merece el Premio Nobel de la Paz y creo que yo todavía tengo que trabajar mucho. En mi opinión, no he hecho tanto como para ganar” ese galardón, afirmó.
Tras el atentado, Malala fue trasladada a Reino Unido para recibir tratamiento y ahora va al colegio en Birmingham (centro de Inglaterra).
El colegio público al que iba Malala en Mingora, la principal localidad del valle del Swat, cerró este miércoles como muestra de solidaridad con la joven. El miedo ante posibles atentados impidió la celebración de actos oficiales. AFP