Rodríguez de La Fuente solía decir que “el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra”. Esa frase se nos quedó grabada a muchos de mi generación que ya pasamos los cuarenta y tantos. De niños nos parecía que era muy fuerte. Nos recordaba que somos una especie animal -ciertamente la más evolucionada- pero que, aún así, cometíamos más de una vez los mismos errores. Ello resultaba un inmenso contrasentido: ¿cómo siendo la especie animal más evolucionada éramos y somos incapaces de aprender sobre nuestros propios errores y los volvemos a cometer una y otra vez, mientras especies menos evolucionadas sí son capaces de aprenderlos y no incurrir de nuevo en ellos?
Este martes, en cadena desde la Asamblea Nacional, Maduro solicitó poderes habilitantes para combatir la corrupción y tomar medidas económicas de emergencia. Culpó a todos menos a ellos mismos del desastre al que nos han traído, con los índices de inflación más altos del mundo, la perversidad de un sistema cambiario que ha hecho muy ricos a pocos y más pobres a millones y la destrucción de nuestro aparato productivo que nos ha vuelto dependientes de productos importados para poder comer, sembrando desabastecimiento y especulación. Al escuchar su discurso, más aburrido que pulir un 747 (como acertadamente dijo en su Twitter Ramón José Medina), volvió a mi memoria la frase “el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra”.
Igual que en otras ocasiones e incluso alegando que todos los presidentes anteriores a él han tenido poderes habilitantes para legislar -como si esos poderes de verdad hubieran solucionado en algo los inmensos problemas que enfrentamos- solicitó se le otorguen a él porque sólo así podrá enfrentar la crisis económica que sólo, a su decir, es causada por la inmensa corrupción existente. Se repite lo que alguna vez le escuché calificar a la Dra. Hildegart Rondón de Sansó como el Mito a la Ley. Este mito lo entiendo como la aceveración reiterada a los venezolanos de que la solución de todos nuestros problemas está en la falta de una legislación adecuada y no en la ausencia de las políticas que apliquen las leyes vigentes y que impongan el Estado de Derecho sobre la discrecionalidad, la concentración de poder y el sueño de hallar el dorado al final de ese muy intrincado camino legal que se pretende reformar o crear. El yerno de la exmagistrada, actual presidente de Pdvsa y ministro, aplaudía y apoyaba el ejercicio del Mito a la Ley en la sesión parlamentaria.
Una y otra vez nos hacen recorrer los mismos caminos: solicitan poderes habilitantes (concentran el Poder Ejecutivo y Legislativo en uno sólo) y presentan la solicitud como la gran solución a nuestros problemas. Legislan una vez habilitados y, luego de ello, quedamos peor que antes de iniciar el ciclo. Los problemas no son superados e incluso aparecen nuevos que nos hunden más como país, como sociedad, como venezolanos.
Insistir en las mismas acciones una y otra vez, justificarse en que todos lo tuvieron antes, decir que él también tiene derecho a tenerlo y prometer que con ello se solucionará algo, es repetir un libreto que nos trajo hasta esta crisis que hoy ahoga a cada venezolano decente que no ha robado y que tiene que tratar de subsistir con lo que gana trabajando.
Ya de amenazas y de promesas legales estamos todos hasta el gorro (para usar una expresión castiza cónsona con nuestra columna). Ningún ciudadano de a pie cree que con eso solucionaremos nada, por el contrario, estamos todos claros en la verdadera finalidad de la Habilitante: más poder para más controles, más represión y más persecución. Con esa piedra hemos tropezado cientos de veces. Los únicos que parecen jamás haber escuchado a Rodríguez de La Fuente en su niñez son quienes nos gobiernan, y no será por sus edades, sino por tener memoria selectiva.
gblyde@gmail.com / @GerardoBlyde