El tema de la corrupción es algo que lamentablemente hemos ido arrastrando generación tras generación en Venezuela, pero en lugar de disminuir o siquiera mantenerse en algunos estándares, la tendencia es una un crecimiento desproporcionado y absurdo, corrompiendo a todo nivel de la sociedad venezolana, sembrando los antivalores y arraigando el mas y absoluto pragmatismo posible apelando al “fin justifica los medios”.
En lo personal, me genera profunda vergüenza y tristeza leer reportes de organismos internacional, de prestigio más que comprobado, donde se afirma que Venezuela es el país más corrupto de América Latina, cuando antes nos destacábamos por las mujeres más bellas del continente, los mejores peloteros y algunos considerados con notable intelecto latinoamericano, pero hoy en día los índices negativos opacan y anulan rotundamente cualquier hecho positivo que pudiese resaltarse de la venezolaneidad.
Algo más preocupante todavía es que los venezolanos exculpamos situaciones irregulares, ilegales y corruptas en las que podemos incurrir día a día, porque si se comparan con otros de magnitudes gigantescas que ciertamente son más notables y permiten decir la vaga y ridícula excusa de “ay, pero eso lo hace todo el mundo” o “¿a quién le hago daño con eso?”, pues resulta que sí hay daño y que se lo están haciendo a si mismo.
Tengo conocidos que abiertamente se quejan de la corrupción y de los abusos de poder, pero que les encanta tener amistades en funciones públicas con alguna posición influyente para que les hagan favores en momentos determinados o les salve de algún hecho irregular en el que por comodidad, por pensar única y exclusivamente en ellos los cometieron sin pensar en el deber ser, en el respeto a las normas. Un ejemplo es una amistad vieja del colegio que compró junto a su esposo, un apto. La vivienda, es un PH y ellos se tomaron el atrevimiento de construir y modificar la azotea del Edif. Bajo la excusa que existía una escalera y que nadie más haría uso de ese espacio. Resulta ser un área común y que cuando ese edificio se construyó se le otorgó un permiso con una altura límite. Cualquier construcción adicional estaría violentando las normas y perisología otorgada. El hecho es, que los vecinos se molestaron (con toda razón) y denunciaron la irregularidad. Los nuevos propietarios, en lugar de buscar acuerdos con los vecinos y reparar el daño, buscaron amistades y contactos que les pudieran favorecer para seguir ellos disfrutando de su ilegal construcción, asomando posibilidades de solucionar “por los caminos verdes”. Estas personas, son escuchadas en otros entornos quejándose de la corrupción, del gobierno, de los “enchufados” y los abusos de poder. Y gracias a Dios, no consiguieron a nadie que les resolviera “por los caminos verdes”
Quizá el alto índice de corrupción en Venezuela se deba a que como los valores sociales están tan carcomidos y no existe el respeto desde o hacia las instituciones del Estado, cada quién lo que piensa es cómo valerse y aprovecharse del país. A esas personas, les recalco una frase dicha por el expresidente de los Estados Unidos John F. Kennedy “No pienses en lo que tu país puede hacer por ti, sino en lo que tú puedes hacer por tu país”. Sabias palabras y que todos los medios de comunicación nacionales y regionales debería difundir para que los venezolanos no pasemos ni un día sin leerla hasta internalizar lo que ella quiere transmitir.
Necesitamos cambiar como sociedad, porque si seguimos como vamos terminaremos cada vez más peor, hundidos en un foso más profundo del que nos costará mucho mas salir para ver la luz.
Dejemos de ser cómplices de la corrupción. Denunciemos a quien intenta beneficiarse de lo público, a quien abusa de su investidura de gobernante para su interés particular. No permitamos que la corrupción, la anarquía, la violencia, el hampa y la indiferencia se apoderen más de nosotros. Aun estamos a tiempo de dar un paso al frente y decir ¡ya basta! Para no permitir que el país se nos siga torciendo a tal nivel que hemos perdido un territorio como Guyana y nos es indiferente, porque la noticia relevante es que habrá juguetes para diciembre.
Si un país es corrupto, es porque su sociedad, sus habitantes no solo lo han permitido, sino que han sido partícipes. Siempre he dicho que para que exista la corrupción, hacen falta 2. Quien la cobra y quien la paga. Si alguno de ellos falta, sencillamente… no habrá corrupción.
Si queremos cambiar, podemos hacerlo.
Federico A. Black B.
@FedericoBlackB