Parientes que visitan el camposanto de Los Guayos se sorprenden al ver que las tumbas han sido totalmente abiertas, por personas que roban las extremidades inferiores de los cuerpos de sus familiares. La irregularidad ocurre especialmente en la noche, cuando son profanadas hasta tres tumbas.
Ramón Gómez, propietario de la vivienda al lado del cementerio municipal, comentó que ha observado en varias oportunidades cómo sujetos que aparentan formar parte de una secta descienden de vehículos e irrumpen en el cementerio a las 10 pm para llevarse cráneos, brazos y codos de los cuerpos para hacer supuestos ritos.
Los hombres no tienen mayor dificultad para ingresar por la ausencia de efectivos de seguridad, a pesar de que fue construida una casilla policial. Un candado es colocado solo en ocasiones en el portón para evitar este tipo de hechos, pero esa medida no es suficiente.