El matrimonio griego detenido bajo la acusación de haber comprado a un bebé a una gitana por 4.000 euros ha sido imputado de tráfico humano y de secuestro infantil, informó hoy la Policía.
La pareja admitió que por no poder tener hijos propios decidió en marzo pasado comprar a la niña, nacida el 25 de febrero de madre gitana, señalaron las fuerzas de seguridad pocas horas después de anunciar esta detención.
La operación se hizo a través de otra mujer de la misma etnia a la que el matrimonio entregó la citada cantidad.
El hombre, de 53 años, y su esposa, de 48, fueron detenidos gracias a la denuncia de un tercero, señaló la policía, que añadió que, nada más recibir a la niña, la mujer intentó infructuosamente registrar al bebé en el municipio de Filís, en las afueras de Atenas.
Las investigaciones se centran ahora en encontrar a la madre natural y a la intermediaria.
Por otro lado, la Policía anunció que el examen de ADN practicado a la pareja de gitanos detenida este miércoles en la isla de Lesbos por haber intentado inscribir a un bebé en el registro civil sin tener los documentos necesarios, ha probado que el niño no es hijo suyo.
La pareja explicó que habían recibido a la niña de regalo de manos de una gitana en un hospital de Atenas, al que los dos gitanos habían acudido para una serie de exámenes.
La pareja precisó que la madre biológica les regaló al bebé diciendo que era demasiado pobre para criarlo.
El comunicado de la Policía añadió que la investigación sigue para esclarecer si la pareja y la madre del niño están implicados en tráfico humano o si el bebé ha sido comprado para explotarlo.
Mientras, en el caso de “María”, la pequeña niña rubia que apareció hace ocho días en un campamento gitano en el centro de Grecia, el control de ADN que hicieron las autoridades búlgaras a la familia Rusev ha revelado que son los padres biológicos de la niña.
La policía búlgara está investigando si la madre de la niña vendió ella misma su niña, nacida en Lamía en 2009, según la prensa griega. EFE