Sergio Massa, un peronista de centro que se pasó a la oposición, logró desbancar al partido de la presidenta Cristina Kirchner en su bastión de la provincia de Buenos Aires (centro-este), lo que lo catapulta como una presidenciable para 2015. AFP
Las encuestas de boca de urna le adjudican a Massa un triunfo contundente en el mayor y estratégico distrito de la provincia de Buenos Aires, que reúne 40% del padrón de 30 millones de electores.
Iniciado en las lides partidarias a los 16 años en la extinta Unión de Centro Democrático (Ucedé, derecha neoliberal), se pasó a las filas del peronismo entusiasmado con las privatizaciones y el libre comercio de Carlos Menem (1989-1999), un peronista que aplicó a rajatabla las políticas del FMI y convirtió a Argentina en aliado estratégico de Estados Unidos.
Así llegó después a dirigir la oficina del seguro social en el gobierno de otro peronista, Eduardo Duhalde (2002-2003), y fue confirmado por el fallecido expresidente Néstor Kirchner (2003-2007).
Saltó al primerísimo plano en 2008 cuando la presidenta Cristina Kirchner lo nombró jefe de gabinete, pero fue despedido al año, pasando luego en forma paulatina a la oposición y fundó el Frente Renovador 40 días antes de las primarias de agosto pasado.
“Argentina tiene que salir de la lógica de la confrontación”, dijo al mostrar un perfil moderado para diferenciarse del estilo confrontativo de la presidenta Cristina Kirchner, aunque no aceptó debatir en cámaras con sus adversarios.
Abogado que se graduó en la privada Universidad de Belgrano y casado con una activa militante, Malena Galmarini, con quien tiene dos hijos, Milagros (10 años) y Tomás (8), Massa no es diferente a millones de argentinos que son admiradores del papa Francisco y amantes del fútbol, de la carne asada y de las reuniones familiares.
Un wikileaks que indignó al kirchnerismo
Para alejarse aún más de Kirchner, cuando le preguntan qué diario lee, Massa responde: “Yo prefiero Clarín”, el grupo multimedios que mantiene con la mandataria una lucha sin cuartel desde hace seis años.
La enemistad con la Presidenta se agudizó al trascender un documento a través de WikiLeaks según el cual le dijo a la exembajadora de Estados Unidos Vilma Martínez y a otros diplomáticos en una comida que Néstor Kirchner “era un cobarde y un perverso”.
Hijo de un empresario de la construcción y un ama de casa, nació hace 41 años en el seno de una familia de clase media de la localidad de San Martín, en la periferia noroeste de Buenos Aires.
“Tengo los mismos bienes que hace 10 años: una casa, un auto, unos pesos ahorrados, y Malena tiene un departamentito en San Isidro (periferia norte), que los padres le regalaron cuando cumplió 18 años”, contó una vez.
Massa es yerno del exlegislador menemista (por Menem) Fernando Galmarini y cuñado de Martín Galmarini, un exfutbolista de Tigre, de la primera división y representativo de la comuna comercial y turística en la que es alcalde.
“Soy rico porque tengo todo lo que necesito, que es la posibilidad de comer un asado (carne vacuna) los fines de semana con mis amigos y poder mandar a mis hijos al colegio”, dijo este hombre que cuida su vida íntima de la curiosidad periodística.
El papa argentino: señal para su lanzamiento
Massa aprovechó una debilidad política del gobierno para postularse como el principal candidato opositor en la provincia desde donde amenazar la hegemonía de una década de los Kirchner.
Con alta presencia mediática, prefiere las caminatas por barrios a los actos masivos, a tal punto que el cierre de campaña lo hizo en un recinto cerrado ante unas 7.000 personas.
“Tal como dice nuestro papa (Francisco) debemos representar la unidad y la concordia política”, se definió al lanzar su candidatura.
Alcalde de Tigre, una comuna al norte de Buenos Aires comercial y turística, tomó la decisión de postularse al ver por TV en marzo la designación como papa del cardenal argentino Jorge Bergoglio.
“Esto es una señal”, dijo a sus íntimos aquel día.
El fútbol y la marihuana
Otra pasión de Massa, como la de millones de argentinos, es el fútbol. Ha sido hombre fuerte del club Tigre, con el cual vivió un momento amargo a finales de 2012: lo acompañó a la final de la Copa Sudamericana ante Sao Paulo, pero el equipo perdió al no salir a jugar el segundo tiempo tras denunciar agresiones de matones en los vestuarios.
En lo político, ha sido criticado por no dar suficientes precisiones sobre sus ideas al punto que evitó hablar de una alianza que se dio en los hechos con el Pro del empresario de derecha Mauricio Macri, otro presidenciable para 2015 que gobierna la capital argentina.
El diputado electo se limitó a decir que lo central es “la lucha contra la inflación (más de 25% anual) y la inseguridad”, los dos temas que más preocupan a los argentinos.
En medio de la campaña, quiso dar una fuerte señal con el tema de la inseguridad al reunirse con el exalcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, el mentor de la “tolerancia cero” contra el delito.
En un almuerzo con empresarios dijo que planea volver a tomar préstamos en el exterior, controlar las alzas salariales y reprivatizar el sistema jubilatorio.
Sobre el final de la campaña desató un debate cuando dijo que “si encuentro a mis hijos fumando un porro (marihuana) los cago (golpeo) a trompadas”. AFP
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