Debemos dar gracias al chavismo, o a lo muy poco que de él queda; lo digo en serio. Jamás antes entendí su rol histórico; ya ahora lo comprendo.
Debemos estar agradecidos, pues su rol en el tiempo habrá sido haber acabado con el socialismo y el populismo en Venezuela, al exacerbar el modelo.
Al hacer que el sistema distributivo (el modelo de reparto de la renta petrolera, implantado desde los 70) colapsará, obligan ahora al país a un modelo de crecimiento. Asimismo, al haber desgastado nuestra institucionalidad, establecido la autocracia, y desbordado el absolutismo, estatismo y presidencialismo; o al haber fomentado el irrespeto a la Constitución, las normas, las leyes y los contratos, nos obligan ahora al establecimiento de una República y el Estado de Derecho, a la recuperación de la democracia, la autonomía de los poderes, y la implantación de reglas claras y estables, la libertad económica, civil y política.
Al haber auspiciado una visión y un modelo arcaico y conflictivo de lucha de clases; al haber promovido el enfrentamiento entre los actores sociales; al haber concentrado el poder económico en manos del Estado; al haber propiciado la fuga de la empresa privada y haber convertido a los trabajadores en siervos del Estado, nos obligan ahora a un modelo de armonía social, inclusión y oportunidades, a un modelo productivo con empleos mejor remunerados, así como nos obligan a premiar el mérito, el esfuerzo, y el trabajo.
Al haber exacerbado el rentismo petrolero y reducido la capacidad de producción interna, nos obligan ahora a un modelo de industria petrolera productiva, en crecimiento continuo, con valor agregado, aguas arriba y abajo, inversión, investigación y desarrollo.
Al haber exacerbado las políticas que causan y hacen persistir el proceso de inflación, y la sobrevaluación del bolívar, limitando el desarrollo de la actividad no petrolera, mientras se fomenta una economía de puertos, nos obligan ahora a controlar la inflación, y establecer un sistema (de tipo de cambio) competitivo, que diversifique la economía y la independice en lo fiscal y lo monetario del petróleo.
Al haber pronunciado la dependencia del consumo del asistencialismo, las dádivas, las misiones y petrolimosnas, los subsidios a alimentos, a la gasolina y otros, nos obligan a su substitución gradual por empleos productivos y programas sociales -i.e. no políticos, cuyo fin último sea la independencia del ciudadano del Estado y su inserción productiva.
Al hacer del Estado un productor de bienes privados, en lugar de bienes públicos; y al haber privatizado la educación, y la salud, entre otros, nos obligan ahora a replantear el rol del Estado en la economía, a privatizar lo privado y estatizar lo público.
Y, al haber prometido la inclusión, pero, haber aumentado en la práctica únicamente el número de pobres, ranchos y excluidos con su modelo repartista, nos obligan ahora a la competencia, el desarrollo y las instituciones inclusivas.
Les aseguro: la fuerza que hoy por hoy conduce a Venezuela obra de manera invisible.
No hay mal que por bien no venga. Por ello, ¡gracias, chavismo!
@garciabanchs