En términos pragmáticos, al PSUV no le conviene ligar la imagen de Maduro a sus candidatos más representativos, más cuando el presidente en ejercicio acumula un rechazo creciente y el electorado opositor se ha repotenciado en los grandes centros urbanos. A falta de un líder que pueda levantarles los números a los paracaidistas, apelan nuevamente a la manipulación con la figura de Chávez. Para ello hasta se inventaron un “Día de la lealtad”, le pusieron los ojos del expresidente al tarjetón y hasta su firma aparece en los afiches de campaña.
Pero si la manipulación no les sirvió el 14 de abril, cuando aún estaba latente el duelo, menos efecto causará ahora. Es un complicado escenario para el PSUV, porque es que ni siquiera sus candidatos son líderes naturales de las zonas que aspiran a gobernar, fueron impuestos por la cúpula del partido oficialista y nadie los traga ni con todo el dinero y el ventajismo que han soltado a la calle. Inauguran obras con dinero público, reparten electrodomésticos chinos y hasta le ponen su rostro a camiones del aseo comprados por el Estado.
La situación para los candidatos del gobierno cambió del “cielo a la tierra”, ellos que se peleaban para que Chávez les levantara la mano en un afiche, ahora huyen de las fotos con Maduro. Es una raya, ni en el facebook quieren con los etiqueten con el filosofo de Miraflores. Tras tener como “máximo líder” a un portaaviones, ahora tienen un submarino. A quien apoya lo hunde.
Por su parte la Unidad cuenta con excelentes candidatos en todos los municipios del país, gente que ha resultado electa a través de primarias abiertas y que además cuentan con el respaldo de nuestro líder, Henrique Capriles Radonski. Que a diferencia del submarino, va para encima pese a las intenciones de los politiqueros de albañal de abajarlo a su nivel. Imbatibles vamos hacia un contundente triunfo este 8 de diciembre, que nada ni nadie te detenga.
Brian Fincheltub
@Brianfincheltub