Es imposible la regulación de precios y ganancias anunciadas. A pesar de su relativa pequeña dimensión, la economía venezolana tiene un millón doscientos mil precios de bienes y servicios distintos. ¿Cómo hará para regularlos con una administración tan incapaz y corrompida?
Estos tipos acabaron con PDVSA. Se comieron los huevos de oro y mataron la gallina. La desesperación los puso a emitir 4.500 millones de dólares de deuda a nombre de la petrolera nacional, a jalarle bolas a las petroleras del imperio para ver si les presta lo que los chinos no quisieron prestarle. Nada dice que puedan alcanzar su objetivo. Y de lograrlo, los tiempos no le dan para inundar temporalmente el país de productos y cambiar el rumbo de la derrota electoral del 8D. Si tuvieran el dinero por lo menos 2 meses le llevaría reponer unos pocos inventarios.
Lo que resulta obvio es que la gente no le cree a Maduro. Una persona que hace una cola de seis u ocho horas para comprar una licuadora o un televisor es porque sabe que después del 8D lo está esperando una devaluación del bolívar superior al 100% y que los productos serán más caros y más escasos. Así de simple.