El entusiasta recibimiento que las 1.500 personas congregadas en el Teatro Olympia de Miami prestaron hoy a los Príncipes de Asturias sorprendió tanto a la delegación española que les acompaña en su viaje oficial por los EEUU como a sus propios protagonistas, vitoreados y aplaudidos como estrellas de Hollywood.
Antonio del Rey/EFE
“Vamos a tener que venir más a Miami”, se escuchó decir a la princesa Letizia poco después, en la inauguración de una exposición en el Pabellón de España de la Feria del Libro de Miami que tuvo lugar tras el vistoso y cálido acto celebrado en el teatro del Centro Gussman, repleto de gentes deseosas de ver a los príncipes.
Su entrada en el recinto, muy ornamentado, con un techo pintado de azul cielo salpicado de nubes, fue espectacular.
Todo el público puesto en pie, desde el patio de butacas hasta la última fila del anfiteatro, aplaudía a rabiar mientras Felipe y Letizia bajaban, sonrientes, por el pasillo central, saludando y estrechando manos, iluminados por los casi continuos flashes de centenares de cámaras y teléfonos.
Ya en esos momentos se escucharon los primeros “¡Viva Asturias!” de la velada, dedicada a presentar oficialmente la Feria del Libro de Miami, el acontecimiento literario más importante de los EEUU.
La sesión arrancó con alocuciones en inglés y en español, interrumpidas casi de continuo por los aplausos del público.
Los invitados reaccionaban cada vez que se mencionaba al Príncipe Felipe o a su esposa Letizia Ortiz, pero también cuando se hacía mención a España o a la riqueza de hablantes del español.
Una orquesta clásica situada al fondo del escenario interpretó la suite “Andalucía”, de Ernesto Lecuona, y entre la ovación dedicada a los músicos se oyó un “Viva España”.
La presentadora afirmó, muy metafóricamente, que la feria literaria, dedicada este año a España, se iba a vestir “de rojo y amarillo”, y de nuevo saltaron los aplausos.
Aplausos cuando se agradeció la presencia del ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, y demás cargos españoles que acompañan a los príncipes en su viaje por EEUU, aplausos para el grupo flamenco que interpretó una suite con guitarrista, percusionista, bailaora, pianista y soprano, aplausos cuando el mentor de la feria, Eduardo J. Padrón, habló para todos…
Y estruendo entusiasta en el momento en que tuvo el “privilegio”, remarcó, de presentar a Su Alteza Real el Príncipe de Asturias.
“¡Vivan los príncipes!, ¡Viva España!, ¡Viva Asturias!, se escuchaba bien alto mientras subía al escenario, recibido más como un triunfador de Hollywood que como el heredero de una corona europea.
Consciente de aquella bocanada de calor y admiración que arrasaba en el auditorio, el príncipe Felipe improvisó algunas palabras de agradecimiento que antepuso al discurso que traía preparado.
Y las comenzó muy al estilo de un artista aclamado por su entregado público: “Buenas noches Miami”.
“Gracias por este cariño que recibimos hoy al llegar a Miami, venimos directamente del aeropuerto y estamos encantados; gracias por ese cariño”, dijo en su nombre y en el de la princesa Letizia, que le miraba sentada en la primera fila de butacas.
Continuó con su alocución, en inglés y en español, y todavía recibió algún que otro piropo, un “te queremos”, algún “guapo”, y palmas, muchas palmas cuando acabó el discurso que suponía el punto culminante de la inauguración de la feria literaria.
Los príncipes se las vieron y desearon para salir del vestíbulo del recinto, rodeados de mucho público, y muy joven, que quería darles la mano, fotografiarse con ellos y trasladarles un cariño muy emocionado.
A pocas manzanas del lugar, el pabellón de España en la Feria del Libro le acogió seguidamente como grandes triunfadores, con conexiones en directo de las televisiones locales para dar fe de entusiasmo que ellos, pero también el idioma y la cultura española despiertan en Miami.
En este segundo acto estaba la exministra española Carme Chacón, que desde hace unos meses imparte clases de sistemas políticos comparados en el Miami Dade College, y que confirmaba tras saludar a los príncipes que el calor de su recibimiento no era algo habitual.
Porque aunque acabaran de llegar de California, donde han pasado cuatro días en visita oficial, Hollywood no estaba escrito para ellos en una colina de Los Ángeles, sino a las mismas puertas del Teatro Olympia de Miami. EFE