La “revolución”, por falta de independencia y equilibrio de los poderes públicos, hizo desaparecer al Poder Ciudadano. Si no entonces, ¿por qué el Consejo Moral Republicano, integrado por el Defensor del Pueblo, el Fiscal General y el Contralor General de la República Bolivariana de Venezuela, dejó de ser, ante los escandalosos casos de corrupción y de violaciones de los derechos humanos durante la Administración del comandante eterno y, sigue actuando de igual modo, hasta hoy? ¿Qué hace que estos tres miembros del Consejo Moral sean parciales, discrecionales, selectivos, excluyentes y segregacionistas? Su silencio, ¿a quién defiende en los casos de corrupción del Bolívar 2000; del Fondo único Social 2002-2004; del asalto a las reservas internacionales del BCV; del fraude de las Notas Estructuradas (2005), del sobreprecio de los edificios del TSJ, de los Bonos Argentinos, de las oscuras transferencias de los 12.000 millones de dólares que hiciera Hugo Chávez hasta el 2006; del Central Azucarero Ezequiel Zamora, de la compra de bancos de Ricardo Fernández y Arné Chacón; de ProArepa, Mercal y la mafia de alimentos; los Contratos de PDVSA con Rafael Ramírez; las estafas bonos Brady, el “pago” al Banco Mundial, el chanchullo de la cuenta de Activos en Divisas de BCV, del caso de sobrefacturación Derwick 2010, del Bandes, del Fondo Chino-Venezolano, la entrega de las minas Las Cristinas a China, entre otros.
De tal manera, el Poder Moral, tiene tres lustros sin dignarse a revisar la corrupción del chavismo. Y lo peor, se hizo de la “vista gorda” con los casos de corrupción de la cuarta república.
Ahora, la Fiscal General de la República, la FANB, Indepabis y Sundecop empujados por las voces atronadoras del Jefe de Estado y sus ministros, actúan como voceros de propaganda político-gubernamental y juzgan públicamente. Por supuesto, la lucha contra la corrupción es necesaria; pero hay que hacer justicia sin atropellar ni violar los derechos de la gente. Pero, ¿acaso el Poder Moral, con su desidia e inoperancia contralora y fiscalizadora del pasado, evitó la corrupción, el abuso de poder, la escasez de alimentos, la inflación y la especulación?
Por ello, dada la cercanía de los comicios del 8-D, el pueblo comenta, que la inusitada lucha contra la corrupción del gobierno, carece de sinceridad política y no es más que una estratagema electoral. De ser así, esto sería imperdonable.
Víctor Vielma Molina/Educador/victormvielmam@gmail.com