Salir a cenar con tus amigos o tu pareja es un rito placentero, divertido y necesario para despejar los problemas cotidianos. Pero también es un acto costoso, no solo en términos económicos, sino también en el consumo calórico. Por eso, si quieres bajar de peso o mantener tu cuerpo sano, te presentamos esta serie de reglas para que tomes en cuenta a la hora de escoger cada plato en una cena o cualquier salida a un restaurante:
Cómete un snack antes de salir: si el azúcar en tu sangre baja drásticamente porque has pasado demasiado tiempo sin comer, llegarás hambriento al restaurante y ordenarás mucha más comida de la que debes ingerir.
Al vapor, a la parrilla, al horno o crudo:nunca frito, salteado o glaseado. ¿Está claro, no?
Atento con las salsas: muchas de las calorías ocultas están en las salsas que acompañan las comidas, hechas a base de mantequilla, aceites, mayonesa o azúcar. Asegúrate de que las salsas que compongan tu comida sean a base de aceite de oliva, u ordena que la salsa te la pongan de lado y no mezclada con la comida (sobre todo en el caso de las ensaladas), así tú administras la justa porción del aderezo.
Al momento de tomar una bebida alcohólica: los licores de color transparente como el vodka siempre tendrán menor carga calórica que los oscuros como el ron. Un trago en las rocas, seco, con soda o agua con gas y limón siempre será preferible a combinarlo con refresco, jugos, aguakina o cualquier tónico.
Escoge entre el postre o el trago: si el final dulce es más importante que el brindis inicial, escoge el postre. Si un buen vino es una parte imprescindible de una cena, escoge el alcohol. Depende de ti. Pero nunca combines ambos.
Comparte la entrada: no importa la ocasión ni el/la acompañante, una opción elegante que te dejará satisfecho es compartir una entrada y luego disfrutar del plato principal.
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