La Biblia ha sido durante muchos siglos la base ideológica de nuestra sociedad. Numerosos – y cuestionables – actos humanos encontraron en la “palabra de Dios” su argumento. Sin embargo, muchos de los mensajes extraídos son, más bien, fruto de malas interpretaciones y traducciones.
Mara Landa/Radio Nederland (RNW)
Parece difícil imaginarse un mundo donde Eva no fuera la primera mujer de Adán, incluso para los no católicos. Sin embargo, dogmas como éste, que parecen tan básicos, se tambalean cuando se corrigen pequeños deslices que, resulta, no provienen de la inspiración divina. Más bien, como explica Juan Carlos Hernández, teólogo y psicólogo social, tienen fecha y nombre: San Jerónimo de Estridón, s. V.
La Biblia se escribió en distintos momentos a lo largo de casi un milenio (entre el 950 a.C. y el 100 d.C.) y es una construcción que incluye traducciones y recopilaciones. La compilación definitiva se hizo en el 330 a.C. y en griego, el que sería el idioma oficial durante más de cinco siglos. Así, el Nuevo Testamento, los Evangelios, las Cartas de Pablo, el Apocalipsis, etc. fueron escritos en idioma helénico.
En el s. V, habiéndose convertido el cristianismo en religión oficial del Imperio Romano, San Jerónimo traduce el libro sagrado al latín, la denominada Vulgata (edición para el pueblo). “En griego, las mujeres tenían un puesto en la iglesia, los sacerdotes podían tener relaciones sexuales y la iglesia reconocía a hombres gays y mujeres lesbianas como Santos. (…) Es en esa traducción de San Jerónimo donde verdaderamente hay desde atrocidades a errores de dislexia, del traductor”, declara Hernández.
Así de sencillo, San Jerónimo introdujo la manzana en el paraíso. “Esto nos muestra que hasta errores de dislexia se les atribuyeron a Dios y por casi mil años era herejía y casi acusación ante la Inquisición no creer en la Biblia si negabas que hubiera manzanas en el Paraíso”, explica el teólogo. Lutero corregirá este error, pero, como comenta Hernández, “quítaselo del inconsciente colectivo a la gente. Si hasta Blancanieves pagó el pato…”.
Es innegable el cambio contextual y cultural que suponen los cinco siglos que separaron al apóstol Pablo de su traductor. Cuando lleva a cabo la traducción, San Jerónimo no conoce muchos de los términos que usaba Pablo y los sustituye por otros que modifican accidentalmente o distorsionan ex profeso el mensaje inicial.
Poco podemos sospechar ahora que términos como “pornografía” tuvieran un carácter sagrado para los griegos. Pero es que, como explica Hernández, un traductor puede cambiar a placer las ideas del autor y San Jerónimo “tradujo desde su ideología conservadora; porque era terriblemente misógino, terriblemente homofóbico y terriblemente sexofóbico. Por lo que las traducciones bíblicas que vienen del latín conservan esas características”.
¿Error o excusa?
Sin embargo, iba más allá de la mera ideología del intérprete. “En la inercia que llevaba la sociedad en el siglo V d.C., necesitaban justificar que su Imperio era cristiano con textos bíblicos y entonces muchos fueron falseados o incluso inventados”, explica Juan Carlos Hernández, teólogo y psicólogo social.
“Entonces ya hay un dogma eclesiástico que se injerta en la biblia y les ayuda a decir ¿“ya ven que estaba en la Biblia?”, dice el experto. Principios como éste han influido en nuestra cultura y servido como justificación para llevar a cabo innumerables matanzas y atrocidades a lo largo de los 20 siglos de tradición judeo-cristiana, pero no es culpa de la Biblia. “La sociedad que tenemos ya traía su propia inercia autoritaria, machista homofóbica y más bien recurrió a los textos bíblicos modificados, tergiversados, malinterpretados, mal traducidos para justificar todas las cosas que estaba haciendo”, declara Hernández.
Lilith, la mujer rebelde de Adán
Esta consolidación llevada a cabo por el creciente imperio católico tendrá otro punto fundamental: la desaparición de la mujer como sujeto social y la supremacía del hombre. Desaparece la mujer y aparece la madre. Un ejemplo muy figurativo de esto fue: Lilith.
Eva, la madre de todos no fue la primera mujer de Adán, el primer hombre. Lilith – “ya no suya de él”- fue creada de tierra y polvo al mismo tiempo que Adán, cuenta el antiguo texto hebreo Ben Sirah. Sin embargo, pronto se quejará de la dominación a la que la quiere someter el hombre – entre otras cosas, que siempre la quisiera posicionar debajo durante la cópula – y se niega a tener sus hijos. A través de los hijos, el hombre te domina, refiere el Ben Sirah.
“Entonces, Lilith es expulsada del paraíso y queda como maldita de Dios voluntariamente. Y si la infertilidad de una persona era una maldición de Dios, se consideró una verdadera aberración que alguien eligiera la infertilidad voluntariamente”, explica Juan Carlos Hernández. “Éste es realmente el pecado de Lilith: retar a Dios”. Y su castigo será la inmortalidad (el único otro personaje bíblico con tal condena fue Caín). Eva va a ser la segunda mujer y será la historia de la sumisa, de la callada, de la que se queda.
Juan Carlos Hernández nos cuenta los tres momentos en que Lilith es mencionada en la Biblia:
1. Primero aparece por omisión cuando Adán ve a Eva. Hay una palabra ahí que hace ver que Adán esta mencionando a Eva como segunda, pero no aparece quién era la primera. Como para preguntarle: don Adán, ¿por qué esta sí? ¿cuál no? “Esta sí que es carne de mi carne y hueso de mis huesos”- Génesis.
2. Donde sí aparece literalmente el nombre es en un texto del Segundo Isaías -alrededor del 540 aC. sobre el día de la venganza de Dios por los crímenes. Ahí aparece LIlith ya como una demonio hembra vanagloriándose del caos – “Los gatos salvajes se juntarán con hienas y un sátiro llamará a otro sátiro; también allí reposará Lilith y en él encontrará descanso”.
¿Cuál era el mensaje para las hebreas? Cuando ya haya muchas mujeres sin someterse a los hombres llegará el fin del mundo. Como si por no haber querido la reproducción fuera una mujer malintencionada, malvada, que se alegra con la destrucción, el desorden y el caos. Este pasaje fue una forma de controlar a la población femenina en ese momento mucho más numerosa que la masculina, tras una invasión.
3. El tercer momento es el libro de Job, (280 aC) después de la invasión griega. Las mujeres griegas, guerreras, las amazonas, no tenían marido y se enamoraban de los hebreos mientras sometían al pueblo. Por ello, Vildad, un predicador, pasará de casa en casa avisando:
“No permitan que las Liliths entren en su casa, porque esparcirán azufre en su morada”- Libro de Job
¿Por qué azufre? Porque el azufre hace infértil una tierra, está asociado a la infertilidad,
Con la invasión griega, las hebreas tenían otro modelo de ser mujer, no la sumisa y callada; sino una mujer desnuda, guerrera, fuerte e independiente. Para que no se volvieran como las griegas usarán el antiguo mito de Lilith.
¿Qué Biblia leer?
Para aquellos que quieran leer una versión de la Biblia fiel a los textos originales Juan Carlos Hernández recomienda La Biblia de América o la Biblia de Jerusalén. En ellas, se incluyen nuevos análisis y explicaciones de los mitos.
Leyendas que siguen formando parte del imaginario colectivo, aunque la sociedad empieza a ser consciente de ellas y son cada vez más los mismo creyentes que reconocen los errores y malas intenciones a la hora de interpretar el texto sagrado.