“¡Patea más fuerte la pelota!”, grita el entrenador de los Munduruku. En el corazón de la Amazonia, indígenas participan del mayor campeonato amateur de fútbol del mundo… donde una reina de belleza puede salvar a su equipo. AFP
En Manaos (norte), una de las 12 ciudades sede del Mundial-2014, 27.000 jugadores de más de mil equipos se enfrentan durante más de 2.000 partidos en el marco de este torneo conocido como “Peladao”.
Luego de siete semanas de competencias, dos equipos de jóvenes indígenas disputarán en un terreno baldío rodeado de exuberante vegetación la final del campeonato indígena de este inusual torneo. Los Sateré Mawé, de rojo, contra los Munduruku, de blanco.
Hormigas vivas para el picnic
Aquí no hay tribunas. Unos cientos de hinchas, padres y amigos de los jugadores se amontonan de pie en torno a la cancha, cerca del campus de la Universidad federal del estado de Amazonas.
Otros hacen picnic en el césped. Es la temporada de un codiciado manjar: las “tanajuras”, grandes hormigas negras que se tragan vivas tras arrancarles la cabeza para no ser picado en la lengua.
Los indígenas también toman agua mezclada con la amarillenta harina de mandioca, que se pasan unos a otros en un calabacín.
“Hay un lado espiritual, es para fortificarse”, explica a la AFP uno de ellos, Jaime Dyacara, de 39 años.
“Es un día de diversión para los indígenas. Necesitan visibilidad y ocasiones para mostrar lo que valen”, declara a la AFP Arnaldo Santos, coordinador del “Peladao”, creado hace 40 años como una fiesta de barrio.
El extenso campeonato está dividido en varias categorías: juniors, femenino, y desde hace unos años, indígena.
El “Peladao Principal”, para hombres de 16 a 39 años, opone a 500 equipos este año, hasta fines de diciembre.
Y posee una peculiaridad: cada equipo es representado por una reina de belleza, con un rol que puede revelarse crucial. Un equipo vencido en la cancha puede en efecto revertir la derrota gracias a su “Miss”, si ésta es electa “reina del torneo”.
“En 1988, Arsenal había sido eliminado y pudo regresar a la cancha gracias a su reina”, recuerda Arnaldo Santos, de 70 años, responsable del torneo desde hace 15 años.
A unos kilómetros de allí, 12 reinas del Peladao Principal están confinadas en un barco anclado en el río Amazonas para una emisión de TV local, a la espera de que un jurado de especialistas elija la ganadora.
La creación de un subcampeonato indígena “era una idea del líder indígena Jorge Terena”, explica Santos. “Quería reunir a los 20.000 indígenas de diversas tribus que dejaron la selva y que ahora viven en Manaos”, una ciudad de dos millones de habitantes.
“Indígenas en la Seleçao”
En el entretiempo de la final, se celebra la elección de la reina indígena de belleza. Pero contrariamente al “Peladao Principal”, la ganadora no tiene la capacidad de revertir el resultado.
Cinco candidatas se han engalanado con plumas y pinturas corporales en la selva. Salen en fila india, frente a los jueces y al público.
“No es solo por la belleza. Aquí mostramos a los demás nuestra cultura, nuestras tradiciones, nuestras pinturas corporales y lo que representan”, explica el antropólogo indígena Joao Paulo Tucano.
La ganadora es Suellen, de 18 años y de la etnia Dessano, que lleva un pendiente de jaguar, símbolo de fuerza.
“Es la segunda vez que gano. Ahora sueño con ser actriz”, confía la adolescente a la AFP.
Pitazo final. Los Sateré Mawé ganan 3 a 1 a los Munduruku. Medallas y trofeos dorados son distribuidos en un ambiente festivo.
A Daniel Munduruku, de 22 años, cabellos rojos cortados a la Neymar, la estrella brasileña del FC Barcelona y de la selección de Brasil, le gustaría poder “jugar en un equipo profesional”.
“Pero los indígenas son muy pobres y carecen de auspiciantes”, lamenta.
Todos sueñan con ver un día “un indígena en la Seleçao”. AFP
Fotos AFP