Tras semanas de anuncios y avisos de ofertas y descuentos, por fin llega a EEUU el Black Friday o Viernes Negro. Es el día de mayores rebajas en el país. Es el termómetro del consumo de cara a final de año. Y es, según parece, el gran timo, publica Expansión.
“La presunción común es que los minoristas acumulan artículos y luego rebajan los que no venden, lo que afectaría a sus ganancias. Pero no suele funcionar así: en realidad, los grandes minoristas negocian con sus proveedores para fijar los precios iniciales que les permitan obtener los márgenes que desean una vez aplicados los descuentos”, dice el rotativo. Un ejemplo: un jersey con una rebaja del 40% que se vende a 40 dólares nunca costó inicialmente 68 dólares. “El precio fue diseñado con el descuento incorporado”.
No es la primera vez que se critica al comercio por sus prácticas durante el Black Friday, que es el pistoletazo de la campaña de Navidad y el termómetro de consumo más importante, pues los comercios generan hasta el 40% de sus ventas anuales entre noviembre y diciembre.
Por ejemplo, Decide Inc, consultora dedicada a estos menesteres, sostiene que los relojes o las joyas, típicos en estas fechas por la cercanía con la Navidad, son ahora bastante más caros. Por ejemplo, el mejor momento para comprar un reloj Citizen es en marzo, pues el Viernes Negro su precio puede ser un 8% superior. En otro tipo de artículos aislados sucede algo similar. También el peluche de moda de la serie Barrio Sésamo es más barato en primavera que ahora.
Más casos. Un televisor Samsung de 46 pulgadas se vende por 1.159 dólares (877 euros) en agosto. En el Black Friday, por 1.355 (1.025 euros). Las populares botas UGG, que suelen costar de media 160 dólares (121 euros), ofrecen mayores diferencias: en noviembre cuestan 135 dólares (102 euros), pero en septiembre u octubre se pueden encontrar por 85 dólares (64 euros).
Y así un suma y sigue que acaba de desmontar uno de los mitos económicos de EEUU.