El equipo técnico de la Unidad emitió un comunicado en el que alerta que las cifras del Banco Central de Venezuela evidencian el agotamiento del modelo económico. “Tras cerrar con un aumento del PIB de 5,6% en 2012, los datos del producto interno bruto sugieren que la actividad económica apenas crecerá alrededor de 1,0% en 2013. Al comparar los primeros nueves meses de 2013 con los correspondientes a 2012 resalta la pérdida de dinamismo de la economía, como se evidencia en el gráfico siguiente”, advierte el comunicado.
Destaca el comunicado que los datos del tercer trimestre reflejan una pronunciada desaceleración de la economía, una insostenible pérdida de reservas internacionales y desvalorización del bolívar en el mercado paralelo, todo lo cual configura un cuadro que amenaza con acentuarse en 2014, en vista de una política económica errática y un modelo económico fracasado.
Mesa de la Unidad Democrática
COMUNICADO
Cifras del BCV evidencian el agotamiento del modelo económico
Ante las cifras presentadas por el Banco Central de Venezuela, el Equipo Técnico del Área Económica de la Mesa de la Unidad Democrática confirma al país que dichos indicadores ratifican lo que han venido planteando: el modelo económico aplicado en Venezuela está agotado. No da para más. La economía no responde al significativo estímulo fiscal y monetario que se ha venido recibiendo durante 2013.
Tras cerrar con un aumento del PIB de 5,6% en 2012, los datos del producto interno bruto sugieren que la actividad económica apenas crecerá alrededor de 1,0% en 2013. Al comparar los primeros nueves meses de 2013 con los correspondientes a 2012 resalta la pérdida de dinamismo de la economía, como se evidencia en el gráfico siguiente.
Esta pronunciada desaceleración del ritmo de la economía está ocurriendo en un contexto en el cual se materializó una expansión monetaria que al cerrar septiembre de 2013 alcanzó a 65,0% con relación a septiembre de 2012.
Ello sugiere que ese volumen de liquidez inyectado a la economía en lugar de estimular la actividad económica, se ha traducido en inflación y en presiones cambiarias, en particular sobre las reservas internacionales y el tipo de cambio. Se ha configurado un cuadro de estanflación con deterioro del sector externo. Efectivamente, en tanto que la inflación anualizada en septiembre de 2013 se situó en 46,2% en septiembre de 2012 los precios aumentaron 19,1%, lo que evidencia que la tasa de inflación se duplicó mucho más. De esta manera mientras que la economía pierde más de cuatro (4) puntos porcentuales de crecimiento, la tasa de inflación aumentó considerablemente.
La cuenta corriente de la balanza de pagos experimentó un pronunciado deterioro al alcanzar su saldo acumulado durante los tres trimestres transcurridos de 2003 a US$ 7.484 millones, inferior a US$ 11.614 millones de los tres primeros trimestres de 2012. Ello obedece principalmente a la caída de los volúmenes de petróleo exportados.
Similarmente, esa expansión de bolívares inorgánicos en la economía ha puesto en tensión a las reservas internacionales y al tipo de cambio paralelo. Así, a lo largo del tercer trimestre de 2013, el BCV perdió US$ 6.843 millones, equivalente a 23,0% de los activos de reservas del ente emisor al finalizar 2012, como se aprecia en el gráfico que sigue. Entre tanto, las reservas líquidas del BCV han tocado fondo y se situaron al cierre de septiembre en apenas US$ 1.500 millones, el nivel más bajo en al menos cinco años.
Claramente, ello configura una potencial crisis de balanza de pagos, la cual se está expresando en una macro depreciación del bolívar en el mercado paralelo, superior al 100,0% durante el tercer trimestre de 2013.
De esta manera, los datos del tercer trimestre reflejan una pronunciada desaceleración de la economía, una insostenible pérdida de reservas internacionales y desvalorización del bolívar en el mercado paralelo, todo lo cual configura un cuadro que amenaza con acentuarse en 2014, en vista de una política económica errática y un modelo económico fracasado.
Llama la atención la contracción de 0,3% que experimentó la industria manufacturera durante el tercer trimestre de 2013. Este comportamiento parece reflejar la escasez de divisas y un esquema de regulación de precios que está asfixiando esa actividad. Igual comportamiento ha tenido la industria de la construcción la cual acumula una caída de tres trimestres consecutivos, lo cual pone en evidencia que para que esta rama de la economía crezca no es suficiente que se cuente con abundante recursos financieros como efectivamente ha contado, sino con materias primas suficientes y un marco regulatorio adecuado.
En lo que respecta al sector externo, las cifras hablan por si solas. No obstante que los precios petroleros se han mantenido en torno a los US$ 100,0 por barril, las exportaciones petroleras cayeron 8,0%. Ello refleja dos situaciones, por una parte, que los volúmenes exportados que generan caja han declinado como resultado de un conjunto de convenios del gobierno de Venezuela con China y los países de Petrocaribe y por la otra el sostenido aumento del consumo interno de gasolinas y derivados.
En lo relativo a las exportaciones no petroleras, éstas han desaparecido literalmente hablando. Así, en tanto que en los primeros nueve meses de 1998 Venezuela exportó productos no petroleros por US$ 3.950 millones, en similar lapso de 2013, esas exportaciones se ubicaron en US$ 2.485 millones, lo que expresa una caída acumulada de 28,0%. En este resultado han influido una política cambiaria que castiga la producción nacional y la destrucción de las capacidades productivas internas, producto de un modelo económico que penaliza la producción e incentiva las importaciones.
Del análisis precio se puede concluir que en 2014 Venezuela va a confrontar la inminencia de una contracción de la economía, exacerbación de la escasez de bienes y una estrechez de divisas que va a traducirse en una sustancial devaluación del bolívar. La Mesa de la Unidad ha venido reiterando que urge en Venezuela un nuevo modelo económico que promueva el desarrollo, estimule la producción nacional, acompañadas de acciones que corten el financiamiento inflacionario del déficit fiscal por parte del BCV como requisito para estabilizar el valor del bolívar y así bajar la inflación.