El equipo económico de la Mesa de la Unidad denunció que con la aprobación de Ley de Presupuesto correspondiente a 2014 se evidencia el carácter inflacionario y deficitario de ese instrumento legal.” El presupuesto nacional de ingresos y gastos debería constituir la referencia fundamental para la política económica nacional. Sin embargo, en Venezuela el presupuesto se ha desvirtuado y dejó de ser un referente válido para el proceso de formulación y aplicación de las políticas públicas”, indicaron. Prensa Unidad
Para esta interpretación los economistas revisaron las bases sobre las cuales se formuló el presupuesto de 2013, lo compararon con los datos reales de la economía, resultando el siguiente cuadro comparativo
De acuerdo a esto, ninguna de las premisas fue validada. “Todo lo contrario, hubo un incumplimiento de metas y, actualmente, la economía se encuentra, literalmente, a la deriva, sin una orientación clara acerca de hacia dónde se dirige la actividad económica al faltar lineamientos claros que tracen un rumbo preciso conforme a un plan de desarrollo nacional. Peor aún es que para 2014, se vuelven a presentar unas premisas insinceras y ficticias que no guardan relación con la situación actual de la economía nacional”, señaló el equipo de la Unidad en esta materia.
Premisas de la Ley de Presupuesto 2014
Asimismo, los expertos añadieron, “si el gasto contemplado en el presupuesto de 2014, por un monto de 552.633 millones de bolívares, se llegase –efectivamente- a ejecutar, la economía entraría en una situación de colapso, provocando una caída del gasto nominal de 17,5% sin considerar el efecto de la inflación. Con una disminución de esa magnitud sólo es cuestión de tiempo esperar una severa contracción de la actividad económica y aumento del desempleo. He aquí, lo insincero de ese presupuesto”.
Además apuntan que, “si el estimado de precios de petróleo de US$ 60 por barril, se materializa, encararía Venezuela una crisis cambiaria desconocida hasta ahora. Ese precio del petróleo, implicaría ingresos por exportaciones de aproximadamente US$ 43mil millones lo que haría inviable al país, mientras que la deuda pública externa del Gobierno Central y PDVSA estimada en US$ 12mil millones, implicaría que el monto disponible para importaciones y otros gastos externos alcanzarían US$ 31mil millones”.
Los especialistas del equipo económico de la Unidad, hacen hincapié en precisar cómo están los indicadores de este 2013, en el que sitúan a las importaciones en US$ 53mil millones aseverando la falta de recursos que tendrá el país para sufragar las importaciones exacerbando la escasez y la inflación. “De esta forma, Venezuela se quedaría sin reservas internacionales y tendría que vender el oro para pagar las importaciones. Todos estos argumentos constituyen pruebas irrefutables de lo irreal de este ejercicio presupuestario” expresaron.
El real objetivo para 2014
“La subestimación del precio del petróleo evidencia una negación de ingresos fiscales a las gobernaciones y alcaldías con la ya consecutiva práctica de disminuir los ingresos ordinarios y de esa forma rebajar los recursos por concepto de situado constitucional que legalmente le corresponden a los entes regionales”, dijeron los representantes de la alianza democrática encargados del área económica
Otra premisa del presupuesto presentado es el relativo a la tasa de cambio. El ya devaluado bolívar fuerte que pasó de Bs./US$ 4,30 a Bs./US$ 4,30 el pasado 8 de febrero y aplicó una devaluación de 46%, para 2014, experimentará algo similar ya que es obvio que ese tipo de cambio es insostenible; por lo tanto una futura devaluación es inevitable”.
No obstante, auguran no tratarse de cualquier devaluación, “los desajustes de las cuentas fiscales desvalorizarán al bolívar en un 60% con lo cual la tasa de cambio se situaría en Bs./US$ 10 y así el Ejecutivo enjugaría el déficit fiscal, extrayendo recursos del bolsillo de los venezolanos”.
En cuanto a la meta de inflación propuesta entre un 26 y 28% luce francamente subestimada si el cierre de 2013 encara un 54%. “La economía ha entrado en un círculo vicioso de inflación-devaluación-inflación donde, las remuneraciones de los trabajadores será víctima de una caída de 10%, similar a lo observado este año, descartando de antemano concretar un crecimiento del PIB del 4% cuyo valor arrancaría el año con déficit de un poco más de ese valor (4,3%), lo que ha llevado a la contratación de deuda que se ha traducido en un acrificio enorme de gasto social como indica el gráfico adjunto en el que de cada cien bolívares gastados, en 2014, veintidós van para el servicio de la deuda, trece a la educación y apenas ocho a la salud.