La Universidad de Rosario (Argentina) explica que Latinoamérica enfrenta obstáculos para crear una mejor sociedad porque sus presidentes no tienen el rigor académico para desarrollar programas para avanzar en el crecimiento de un país.
Las naciones del continente americano se caracterizan por ser presidencialistas y depender de las decisiones de sus gobernantes, por lo que se pensaría que estos personajes tendrían alta formación académica; sin embargo, de los 11 países de Latinoamérica, solo cinco tienen mandatarios con posgrados: Colombia, Perú, México, Chile y Ecuador.
Fuera de estos, las naciones restantes están dirigidas por presidentes con pregrados, estudios técnicos, incluso, sin estudios superiores.
Actualmente, solo Rafael Correa de Ecuador y Sebastián Piñera de Chile, han cursado estudios de doctorado en Economía, en la Universidad de Illinois en Urbana y en Harvad, respectivamente.
Además, el peruano Ollanta Humala tiene una maestría en Ciencias Políticas y Enrique Peña Nieto, de México, es maestro en Administración de Empresas. Sumado a ellos se encuentra Juan Manuel Santos, líder de Colombia, cursó dos maestrías, una en Administración Pública y otra en Economía.
Con solo formación de pregrado aparece la abogada argentina Cristina Fernández de Kirchner, y la economista Dilma Rouseff de Brasil. Cerrando la lista está el presidente Horacio Cartes de Paraguay, que aprobó estudios técnicos en motores de aviación, y hay tres mandatarios que nunca cursaron algún programa universitario, José Mujica, de Uruguay, Evo Morales, de Bolivia, y Nicolás Maduro, de Venezuela.
Ante esta situación, el informe, “Educación de Presidentes. Un estudio crítico” que desarrolló Carlos Maldonado, profesor titular de la Facultad de Ciencia Política, de la Universidad del Rosario, afirma que la región latinoamericana se enfrenta a grandes obstáculos para entrar a una sociedad mejor con base en el flujo de información, debido a que los presidentes no tienen el rigor académico para desarrollar los compromisos que permitirían avanzar en el crecimiento de un país, puesto que un cargo de esta envergadura no debería ser ocupado por cualquier persona.
Frente a este argumento, el excanciller Fernando Araujo sostuvo que “hoy en día las experiencias académicas tienen un valor relativo, puesto que las condiciones para ser un líder de gobierno pasan por atender las aspiraciones de los ciudadanos”. Siguiendo esa misma línea, los académicos Marcel Hofstetter y Andrés Maldonado, argumentaron que un mandatario se mide sabiendo interpretar los momentos que en los que vive su país, puesto que así conocen cómo superar los problemas que se enfrenten, puesto que hay ocasiones en las que un gobernante con estudios superiores de posgrado, no sabe leer el panorama y termina dañando su imagen dentro de su sociedad.
“José Mujica es un presidente con carisma, que ha pasado por situaciones muy variadas en su vida, y eso lo ha llevado a saber interpretar el contexto de Uruguay y lo ha llevado a la vanguardia. Por eso, para gobernar importa la educación, y ante todo el liderazgo”, dijo Hofstetter.
Ecuador quiere maestros con doctorado
El presidente Rafael Correa espera que todos los aspirantes a ejercer altos cargos en universidades y, en general, en educación superior tengan formación doctoral. Para lograr ese objetivo, la administración ecuatoriana lanzó el Plan Prometeo, en el cual el Gobierno destina becas en estos cursos en prestigiosas universidades de todo el mundo. La intención de formar a estos funcionarios en estos cursos, es la de proporcionar herramientas para el pensamiento científico, el cual es un factor clave para mejorar la innovación en la industria. Correa espera que en 2017 cerca de 17,000 ecuatorianos sean doctores gracias a esta política pública.
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