Mineros de Guayana tenía la mesa servida para salir campeón el pasado domingo ante el Club Deportivo Lara y así lo hizo. Los dirigidos por Richard Páez empezaron abajo en el marcador, pero los atacantes Richard Blanco y Zamir Valoyes se encargaron de colocar las dianas que les permitió dar la vuelta olímpica con su gente en el CTE Cachamay. Prensa Maggs Producciones
Los negriazules tuvieron un semestre regular, sufrieron un poco, pero nunca tiraron la toalla. Se convirtieron en un equipo sólido que hizo de su casa un fortín impenetrable para los rivales. El goleador Richard Blanco habló en plena celebración sobre las claves que tuvo este grupo y cuál fue su aporte más allá de los goles que sumó en las últimas jornadas: “Yo creo que el sacrificio, no sólo el mío sino el de mis compañeros. Hicimos la diferencia, en todo el torneo nunca tiramos la pelota, jugamos a hacer fútbol, nos entregamos al máximo y eso fue lo más bonito”.
El “Avioncito” se convirtió en parte de la historia que gira alrededor de los mineristas, pues le regalaron a la ciudad de Puerto Ordaz la emoción de verse campeones en el Apertura 2013. Blanco se alegra por lo logrado; sin embargo, busca que la felicidad no lo embargue para poder enfocarse lo más pronto posible en conseguir ser el campeón absoluto del balompié nacional. . “Estoy bastante contento, pero tranquilo al mismo tiempo, hay que pensar en la estrella y pasar la página lo más pronto. Hay que centrarse y creer en cosas mayores, y algo más grande que esto es la estrella”, destacó el delantero.
Este año llegó el pequeño Thiago a su vida y le dedica cada uno de sus logros. De hecho, ante los del Lara usó los tacos con su nombre y celebró uno de sus goles con una camisa que mostraba el rostro de su bebé. “Se lo dedico mi hijo, a mi familia y a la gente que quiero, ellos se merecen esto. Hoy recibí muchos mensajes de la gente de La Guaira y estoy orgulloso de haber nacido ahí”, confesó el de Maiquetía.
Para Richard existen dos palabras que definen a Mineros de Guayana: “Familia y fe, somos una familia dentro del camerino y nunca perdimos la fe ni en el peor momento”. El Apertura 2013 no fue su mejor semestre, a pesar del buen momento que vivió en la Copa Sudamericana, le costó trasladar sus goles al fútbol venezolano. Una lesión se hizo presente en su camino, siendo un escollo que pudo vencer en el encuentro frente al Deportivo Anzoátegui cuando despertó y marcó tres dianas. Al finalizar la competición suma seis tantos. El jugador aprendió de ese amargo momento y rescata que se debe tener: “Sacrificio, los logros están en el trabajo y no se puede dejar de pensar en eso”.