El papa Francisco realizó hoy una visita al hospital pediátrico Bambino Gesu (Niño Jesús) deRoma, que gestiona el Vaticano y donde el pontífice se detuvo a acariciar, abrazar y besar a los niños ingresados.
EFE
En esta visita, que se prolongó durante casi tres horas, el papa se conmovió en varias ocasiones, cuando los pequeños enfermos le cogían de la mano o le abrazaban.
El pontífice argentino llegó al hospital a las 16.00 hora local (15.00 GMT) y fue recibido en uno de los patios exteriores por un grupo de niños procedentes de países como Etiopía, China y Libia, entre otros, y que se encuentran ingresados.
Allí estaba también una madre ecuatoriana con su hija Adriana, de 12 años, que sufre el síndrome de Klippel Trenaunay -una malformación vascular múltiple- y que es atendida en Italia desde 2008, gracias a un programa de ayuda del hospital y la embajada de Ecuador ante la Santa Sede.
Francisco saludó uno a uno a los padres y a los niños presentes, que le regalaron dibujos y un corazón de cartón, símbolo de una campaña para la recogida de fondos destinados a renovar el departamento de Terapia Intensiva de Cardiocirugía del que se conoce como “el hospital del papa”.
Después, el pontífice se dirigió a otros departamentos del centro sanitario, donde en muchas ocasiones no quiso que hubiera cámaras de televisión o fotógrafos.
“Estoy aquí por los niños”, dijo el papa, cerrando la puerta para poder dedicar en la intimidad palabras de apoyo a los familiares y caricias a los niños hospitalizados, como explicó después el personal del hospital.
En la Unidad de Cuidados Intensivos neonatal fue informado de la situación de diez niños en estado crítico, como Georgia Bernadette, de 5 meses, que nació sin intestino y cuya madre había escrito una carta al pontífice.
Mientras el papa salía y entraba de los distintos pabellones del centro sanitario, algunos niños se asomaron a las ventanas de sus habitaciones para saludar al pontífice, a lo que éste respondió con un saludo y una bendición.
En el área que comprende el hospital había cerca 4.000 personas, la mayoría familiares de los pacientes, que pudieron seguir toda lavisita a través de unas pantallas colocadas en el exterior de los pabellones, así como por la televisión de circuito cerrado de las habitaciones.
Francisco también bendijo una nueva ambulancia de reanimación pediátrica y acudió a la capilla del centro, donde encontró a 30 pequeños pacientes de oncología con sus familias.
Allí le hicieron entrega de un cesto con las cartas de los “sueños y oraciones” escritas por los niños ingresados.
“Os agradezco vuestros sueños y oraciones. Se los llevaremos a Jesús. Él los conoce y conoce lo que necesitáis y está siempre cerca de vosotros”, dijo el pontífice a los menores.
Jorge Bergoglio estuvo acompañado por el secretario de Estado, Pietro Parolin, y el prefecto de la Casa pontificia, el alemán Georg Gaenswein.
Esta visita de Francisco renueva una tradición de sus predecesores, que inauguró el papa Juan XXIII en la Navidad de 1958 y que después siguieron Juan Pablo II y Benedicto XVI.
El Bambino Gesu es el mayor policlínico y centro de investigación pediátrica en Europa y en él trabajan casi 2.600 personas, entre médicos, investigadores, enfermeros, técnicos hospitalarios y empleados.
Creado en 1869 como primer hospital pediátrico italiano gracias a la generosa iniciativa de los duques Arabella y Scipione Salviati, fue donado a la Santa Sede en 1924.