Pedro García Otero: Carta abierta a la frivolidad opositora

Pedro García Otero: Carta abierta a la frivolidad opositora

Se supone que un 24 de diciembre no es día para escribir pesadeces, pero este país no da para disgustos. Esto viene a cuento porque, desde la convocatoria de Nicolás Maduro a los alcaldes opositores, ha salido por allí cierta oposición a decir que la MUD se vendió, que es un apéndice del chavismo, que votar no sirve y que lo requerido aquí es calle, como en Ucrania, “hasta que la dictadura caiga”.

Seguro que ese -bastante frívolo- sector de la oposición incluye a quienes fustigan a Henrique Capriles porque no fuimos capaces de ganar por paliza el 8 de diciembre; y hasta a algunos que en 1998 votaron por Chávez “porque hacía falta un cambio”. Otra parte de esa oposición ni siquiera esta aquí. Desde Miami, páginas como DolarToday le hacen un gran daño a la causa democrática. Todo lo sermonean en ese tonito de “yo te dije que eso no iba a funcionar” y “ustedes, cobardes, lo que tienen que hacer es matar o morir, plantarse hasta que no haya retorno”, desde Kendall o Weston. Si uno no los manda al carrizo es por no restar. Pero se puede intuir que se está en lo correcto al recordar que el de la “marcha sin retorno” era Hermann Escarrá -ese saltimbanqui.

La oposición ha hecho lo que debía y podía hacer. Ha votado, cada vez en condición más desventajosa que la anterior; en ésta, sin medios y con un solo hombre recorriendo el país con un megáfono, ha capturado las ciudades más importantes. Que no haya ganado la mayoría de las alcaldías es lógico, incluso que no haya sido mayoría, aunque esto es discutible, porque si se hace un mapa del país, casi todas las “joyas de la corona” son de la oposición, y aun en Caracas, donde perdió, obligó al chavismo a un gran esfuerzo para conservar el poder. El PSUV es un motor semifundido; cada vez necesita más recursos para producir menos resultados electorales.





Además, la oposición hizo bien en acudir al diálogo en Miraflores, y planteárselo como permanente. Que por una vez VTV tuviera que transmitir a Ledezma, Blyde u Ocariz sin intermediarios, y que alguien que no es un convencido pudiera oírlos, es un triunfo. Maduro ya no podrá decirle “vampiro” a Ledezma, so pena de inconsecuencia; en ese sentido, estuvo mal que Capriles no asistiera a la reunión. ¿Cómo no dialogar, si dialogaron Nixon y Mao, Churchill y Stalin, y hasta Cristo y el demonio en el desierto?

Si la parte frívola de la oposición no quiere darle la razón a Marx en su infame biografía de Bolívar, debería recapacitar. El Libertador, según el prusiano, “era incapaz de cualquier esfuerzo de largo aliento, como la mayoría de sus compatriotas (…) la Independencia fue decidida por los ingleses”.

En 2014 nadie decidirá por nosotros. El camino tenemos que recorrerlo con nuestros pies. Ahora sí, Feliz Navidad. 

potero@eluniversal.com

@pedrogarciao